Un nuevo estudio confirma los efectos positivos de tener al mismo docente varios años seguidos

13 noviembre 2023
Por Por Por Ismael Sanz Labrador: profesor titular del Departamento de Economía Aplicada I de la Universidad Rey Juan Carlos.

El pasado mes de abril publicaba un artículo que señalaba que tener el mismo docente dos años seguidos mejora los resultados académicos de los estudiantes. Influye de forma positiva en una mayor asistencia a los centros educativos, mejora la progresión del alumnado y su comportamiento en clase, al mismo tiempo que aumenta las expectativas de los profesores. Esta es la interesante conclusión del estudio publicado en Economics of Education Review por los Profesores de la Universidad de Nottingham y Essex, Facundo Albornoz, David Contreras y Richard Upward.

Efectos positivos y consistentes

La investigación analiza el impacto de repetir la asignación de estudiantes a un mismo profesor en 7º y 8º grado (nuestro 1º y 2º de la ESO) en los resultados de las pruebas en estudiantes de octavo grado en Chile (que sería el grado correspondiente a 2º de la ESO en España). Tener dos años al mismo docente tiene un efecto positivo y consistente en los resultados de las pruebas del 2 % de la desviación estándar, que se extiende al nivel del estudiante, la clase y el centro educativo.

Otros tres profesores, Leigh Wedenoja (Rockefeller Institute for Government), John Papay y Mathew Kraft (ambos de Universidad de Brown) han elaborado otro estudio con datos diferentes y llegan a la misma conclusión. En su documento de trabajo “Second Time’s the Charm? How Sustained Relationships from Repeat Student-Teacher Matches Build Academic and Behavioral Skills” (¿La segunda es la vencida? Cómo las relaciones sostenidas de emparejamientos repetidos estudiante-profesor fomentan habilidades académicas y conductuales), Annenberg Working Paper 22-590, examinan el efecto de tener un docente durante más de un año.

En concreto, e análisis se centra en el impacto de tener al mismo docente más de un curso en los estudiantes de Tennessee, desde 3º de Primaria a 1º de Bachillerato. Los investigadores analizan el impacto de tener al mismo docente varios cursos en dos situaciones diferentes:

  • (a) El profesor o la profesora cambia el curso que imparte a medida que los estudiantes progresan (como ocurre en los ciclos de Primaria)
  • (b) El profesor o la profesora enseña en varios cursos al mismo tiempo (como ocurre en Secundaria)

El documento de trabajo de Wedenoja, Papay y Kraft (2022) es de libre acceso en este enlace.

Comparando los resultados académicos y el comportamiento (medido por absentismo en clase y sanciones) de los estudiantes de los años en que tienen a un profesor que ya han tenido antes con los años en que los estudiantes tienen a un profesor por primera vez. Wedenoja, Papay y Kraft (2022) se aseguran de que los resultados no están afectados por la manera en que se asignan los estudiantes a los profesores. En concreto, realizan comparaciones de los resultados y el comportamiento en clase de un mismo estudiante a lo largo del tiempo teniendo en cuenta sus calificaciones previas. Es decir, se contrasta cómo le va a un alumno con profesores que ya tuvo antes en relación a cómo le va a ese mismo alumno con docentes que tiene por primera vez.

Mejora las puntuaciones en todos los cursos

Los autores encuentran que tener a los mismos profesores dos años seguidos mejora las puntuaciones de los estudiantes en los exámenes en todos los cursos analizados, tanto de primaria como de secundaria. Los efectos en los resultados académicos en los exámenes son del 2% de la desviación estándar. Este es el mismo impacto que hallaban en el primer estudio mencionado, con datos de Chile, Albornoz, Contreras y Upward (2023). Que dos grupos de investigación distintos, uno en EEUU y otro en Reino Unido, analizando datos de estudiantes de dos zonas geográficas diferentes, encuentren el mismo efecto positivo en los alumnos por tener el mismo docente dos años seguidos, ofrece una evidencia robusta y sólida de que se trata de un impacto causal y real.

Menos infracciones disciplinarias y aumento de la asistencia

Wedenoja, Papay y Kraft (2022) también observan que las interacciones repetidas entre docentes y estudiantes disminuyen las infracciones disciplinarias en los estudiantes de todos los cursos y aumentan la asistencia a clase. Como señala la investigación, estos resultados sugieren que los docentes mejoran su efectividad al trabajar con estudiantes durante su segundo año juntos.

Además, los tres investigadores muestran que hay una importante heterogeneidad en el efecto de tener a los mismos profesores repetidamente:

  • a) Las mejoras más pronunciadas en los resultados académicos se observan entre el alumnado de elevado rendimiento previo. El impacto en las calificaciones de los exámenes es también más positivo entre las alumnas que entre los alumnos.
  • b) El efecto de tener un mismo docente dos años seguidos en el comportamiento en clase es más positivo para los estudiantes de bajo rendimiento previo y para los alumnos varones de color.

Wedenoja, Papay y Kraft (2022) concluyen que los estudiantes se benefician de tener a los mismos docentes repetidamente, independientemente de su nivel de experiencia. También encuentran evidencia de beneficios indirectos, ya que tanto el alumnado que repite con un profesor como el que no, se beneficia en clases donde hay una gran proporción de estudiantes que ya han tenido a ese docente anteriormente.

Conocer mejor a los alumnos para adaptarse a sus necesidades

En definitiva, esta investigación vuelve a apuntar la importancia de las relaciones entre estudiantes y profesores. Estar dos años seguidos juntos permite que los docentes llegan a conocer mejor a sus alumnos y puedan adaptar su enseñanza de manera más efectiva a las necesidades individuales de aprendizaje de cada uno. Los tres investigadores resaltan que, de manera similar, los estudiantes se adaptan con el tiempo al estilo de enseñanza y gestión del aula del profesor.

Las investigaciones mencionadas en este artículo de Wedenoja, Papay y Kraft (2022) en los campos de la educación, sociología y psicología sugieren que el desarrollo de fuertes relaciones entre estudiantes y profesores a lo largo del tiempo puede respaldar el rendimiento académico de los estudiantes y mejorar el comportamiento de los alumnos en clase.