“A por todas”: Un camino hacia la construcción de un proyecto de vida

04 diciembre 2023
La pedagogía de este programa pretende implantar una educación del ser, la que el alumno se haga consciente de lo que ya es, a través de todo lo que realiza (img.: iStock).

Esta práctica educativa es un programa de ayuda y seguimiento para el alumnado de secundaria que presenta falta de motivación frente a la tarea escolar, absentismo o problemas de conducta.

Lo que pretendemos con este programa es que este tipo de alumnado encuentre un camino para desarrollar el proyecto de vida que quieren alcanzar, porque se encuentra perdido y el sistema educativo no le ayuda a conseguirlo.

Introducción

Uno de los principales retos que se nos plantea en los centros educativos es el de crear un clima favorable en el aula y en el centro mediante condiciones propicias que no se van a dar espontáneamente, sino que deben ser generadas por el profesor.

A este reto hay que añadir el dar clase al que no quiere, al absentista, al disruptivo, al desmotivado. Una de las cuestiones que más se nos plantea es qué hacer con estos alumnos y alumnas para integrarlos en la clase, o al menos conseguir que permitan trabajar a los que sí quieren. Tal y como nos dice Joan Vaello Orts en su libro “Cómo dar clase a los que no quieren” (1) uno de los objetivos a lograr con el alumnado que no quiere es “conseguir una actitud favorable o al menos no hostil” pues la mayoría de estos alumnos y alumnas presentan un alto grado de frustración y esto los lleva a una desorganización del comportamiento, agresividad, reacciones emocionales negativas y apatía.

Desde esta perspectiva, otro aspecto que trabajaremos con ellos es que aprendan a vivir, desde su vulnerabilidad, los valores fundamentales de la existencia y mostrarles herramientas con las que puedan construirse autónomamente, sin tener que llegar a mostrar llamadas de atención a través de conductas disruptivas (2).

Una de las actitudes que debemos tener con este alumnado es la escucha activa, para poder generar un encuentro desde el que sea posible empezar a construir un proyecto que motive (3). Es desde la escucha y el encuentro desde donde podremos empezar a conocer en profundidad a nuestro alumnado (4). Es en este encuentro donde descubrimos que cada uno de nuestro alumnado es un don, un regalo que no puede pasar desapercibido, pues el don es el verdadero productor de convivencia, individualidad y comunidad. No hay educación sin entender que el don, tanto de los educadores como de los educandos, es necesario en el proceso de construcción de la persona (5). Por eso la pedagogía del don nos ayuda a orientar a nuestro alumnado a conocerse y poner sus habilidades al servicio del bien común.

En definitiva, lo que se pretende con este programa es plantar una educación del ser, es decir, que lo que planteamos es una pedagogía en la que el alumno “ha de hacerse… consciente de lo que ya es, a través de todo lo que realiza” (6), con lo que vamos a trabajar es que crezca y evolucione para volver a descubrirse, pues llevan tanto tiempo tapando lo que son que ya ni se reconocen muchas veces.

En resumen, podríamos decir que el presente proyecto lo que nos planteamos es lo siguiente: Con el alumnado que no sabe, enseñar. Con el que no puede, adecuar; y con el que no quiere, motivar.

Todo esto se promueve con responsabilidad, entusiasmo, trabajo y organización. Y esto se  logra con respeto, empatía, tolerancia y oportunidades.

Y el mayor reto que nos proponemos es romper con el círculo del fracaso. Un modo de abordarlo es buscando formas de satisfacer las necesidades de nuestro alumnado:

  • Necesidad de sentirse importante. Valorar sus habilidades y otorgarle responsabilidades generan un sentimiento de valoración personal. 
  • Necesidad de seguridad. Ambientes donde hay un manejo adecuado de la situación permiten que el niño o joven tenga un mayor control de sus características. 
  • Necesidad de ser aceptado. Conocer las diferencias y las características propias de los estudiantes permite tener expectativas realistas que van a generar un sentimiento de aceptación. 
  • Necesidad de amar y ser amado. Aprender cómo ayudar a nuestros estudiantes nos permite tener la oportunidad de expresar nuestro amor. El desconocimiento y la desorientación hacen que muchas veces se tomen medidas equivocadas que crean en ellos pensamientos negativos como “a mí nadie me quiere” 
  • Necesidad de elogio.Expectativas claras permiten valorar y reconocer sus logros, ellos más que cualquier persona requieren de estímulo constante de parte del ambiente. 
  • Necesidad de disciplina.Un ambiente estructurado donde existe un manejo adecuado de la disciplina le permite a estos niños experiencias positivas que van a ayudar al desarrollo de una imagen positiva de sí mismos. 
  • Necesidades psicoacadémicas:
    • Autonomía: tener la posibilidad de escoger o tomar decisiones. 
    • Aptitud: poder realizar la actividad o tarea de manera satisfactoria de acuerdo a su habilidad. 
    • Pertenencia: sentir que forma parte de algo, poder experimentar el trabajo en equipo y la identidad de grupo. 
    • Autoestima: facilitar experiencias de logro. 
    • Estímulo: poner atención al proceso y no necesariamente al resultado.

Descripción de la práctica

Este proyecto está dirigido a todo el alumnado de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) que presenta rasgos de absentismo, abandono, falta de motivación ante la tarea escolar (que no se deba a una necesidad educativa específica). Actualmente, en nuestro centro estamos trabajando este enfoque con cuatro alumnos de 1.º, seis de 2.º y tres de 3.º de ESO, y con el alumnado de la Formación Profesional Básica.

Los objetivos educativos buscados son:

  • Analizar causas y consecuencias de la falta de interés.
  • Desarrollar la motivación y la confianza.
  • Enseñar a enfrentarse a los problemas y obstáculos que encontrarán en la vida.
  • Potenciar el conocimiento personal.

La secuencia de actividades es la siguiente:

  • Conocimiento del alumnado: Empezamos a indagar en las causas de su desmotivación frente a la tarea académica.
  • Planteamiento de proyecto de vida: Tras el conocimiento personal, ayudamos a generar un esbozo del proyecto de vida, buscando metas alcanzables y trazando un camino para conseguirlas.
  • Talleres de Inteligencia emocional: Enseñamos a realizar una buena gestión emocional de su vida. Son ellos y ellas las que deben gobernar sobre su existencia y no dejarse llevar por las emociones.
  • Crear espacios de cambio: son sesiones grupales donde vamos descubriendo aquello que les pueda unir, para que descubran que no están aislados y que podemos generar proyectos de cambio que hagan que la vida vaya mucho mejor.

En general, se trabaja con sesiones semanales, que suelen desarrollarse en el despacho de Orientación, si la sesión es individual y en la biblioteca si es grupal.

Para más información, se puede consultar esta presentación, realizada con Genially, que resume todo el proyecto.

Criterios y herramientas de observación

Para el seguimiento de esta práctica se siguió el procedimiento de observación sugerido por la Fundación Promaestro en el curso Miradas que Mejoran, impartido en colaboración con la Fundación SM.

Los criterios de observación se organizaron en tres dimensiones:

  • Diseño y eficacia de la práctica
  • Aprendizaje del alumnado
  • Praxis docente

La fundamentación y descripción de estas tres dimensiones, así como los criterios de observación y las herramientas utilizadas, puede encontrarlos en este enlace.

Resultados

  • Diseño y eficacia de la práctica educativa. El trabajo que realizamos está muy centrado en el crecimiento personal y búsqueda de un proyecto de vida que esté adecuado a las características del alumnado. En esta labor que realizamos con cada uno de nuestros alumnos y alumnas que participan en el proyecto, observamos que, al ponerlos en el centro del proceso educativo, ellos mismos empiezan a encontrarse, a entender sus circunstancias y a determinar qué es lo que van a hacer con ellas. Empiezan a realizar cambios en la conducta. A este cambio se suma que empiezan a tener pequeños logros, con lo que empiezan a recibir elogios por parte del profesorado, cosa que reforzamos en cada una de las sesiones que tenemos con ellos. Esto nos ayuda a dar un paso muy importante en la marcha del programa.
  • Aprendizaje del alumnado. El espacio de cambio que se ha generado es muy bueno para trabajar de una forma personalizada y grupal las necesidades de este tipo de alumnado, y a nosotros nos ayuda a realizar un análisis de la situación personal, cosa que no podríamos hacer en su tutoría de referencia. Este conocimiento nos sirve para mejorar nuestra respuesta educativa. En cada una de las sesiones vamos conociendo rasgos nuevos de nuestro alumnado; si hubiera seguido en su curso normal, no llegaríamos a él, pues lo único que se ve es su comportamiento disruptivo y desmotivado.
  • Praxis docente. Con el objetivo de mejorar nuestra respuesta a este tipo de alumnado, detectamos que para responder a las necesidades que nos plantean, tenemos que tener muy claro los siguientes puntos: (1) Tener bien estructuradas las sesiones, y (2) Encontrar una buena vinculación con el alumnado, aunque al principio cueste.

Para estructurar las sesiones realizamos el siguiente trabajo:

  • ¿Cuánto? Nos referimos al trabajo a realizar. Las etapas previstas son las siguientes:
    • Plantear el objetivo a conseguir.
    • Analizar los obstáculos que tienen (dentro y fuera del aula):
      • Faltas de respeto
      • Faltas de asistencia
      • Trabajo académico
      • Material
    • Analizar lo que puede favorecer la consecución del objetivo:
      • Trabajo en clase
      • Respeto
      • Asistencia
    • Entrevistas individuales:
      • Marcar objetivos
      • Establecer mapa de empatía
      • Realizar análisis DAFO
      • Personalizar su ritmo de trabajo:
        • Qué necesitan
        • Ritmo de trabajo
        • Problemática ante el estudio
        • Salidas profesionales para un futuro inmediato
      • Analizar sus gustos y aficiones
      • Trabajar el tema de la frustración
      • Trabajar la autoestima: facilitar experiencias de logro
      • Trabajar la inteligencia emocional

Descubiertas las necesidades hay que buscar la forma de cubrirlas.

  • ¿Cómo? Entrevistas individuales, trabajo en grupo, revisión de las metas establecidas, técnicas de estudio, hojas de seguimiento, tutorías, cohesión de grupo…
  • ¿Con quién? Profesor PT, tutor, equipo docente, alumnado de prácticas del Departamento de Orientación, orientador, familias.
  • Evaluación: Se realiza una evaluación inicial del contexto del alumnado. Se plantean los objetivos a trabajar, se hace seguimiento de los acuerdos tomados, se pide informe al tutor de la evaluación del alumnado y se analizan los resultados finales.

En conclusión, creo que el grado de cumplimiento es “notable”, pues no llegamos a la totalidad y existen recaídas en el alumnado. Esto hay que preverlo para próximas ediciones del programa. En los que el programa hace efecto, el cambio es “sobresaliente”.

En cuanto a las principales dificultades y retos, podemos apuntar lo siguiente:

  1. Diseño y eficacia de la práctica educativa. En esta primera dimensión hemos detectado la falta de instrumentos para poder observar, de forma más sistemática, si vamos consiguiendo los objetivos que nos hemos marcado con cada uno de ellos. Queremos dar una respuesta inclusiva y asumir como centro estas situaciones que nuestro alumnado nos plantea.
  2. Aprendizaje del alumnado. En la observación hemos visto que el seguimiento tiene que estar más estructurado y con más coordinación con el equipo docente que atiende a los usuarios del programa. De esta manera el camino se puede hacer mucho más fácil. Compartir la información necesaria es importante para que el docente entienda por dónde va la respuesta de su alumnado.
  1. Praxis docente. De todo lo trabajado podemos decir que: (a) Se necesita más tiempo, sobre todo al principio, para marcar una dirección y encontrar pautas para empezar a trabajar, y (b) Más acompañamiento para realizar la evaluación, siendo más sistemáticos a la hora de realizar las autoevaluaciones y coevaluaciones.

 

Víctor Molinero Barranco es orientador del CDP Juan XXIII, en Chana (Granada).

 

Referencias

  1. Orts, J. V. (2011). Cómo dar clase a los que no quieren. Graó.
  2. Francesc Torralba (2019). “Pedagogía de la vulnerabilidad – Ediciones Calasancias.” Disponible en este enlace
  3. Gianfranco Bandini (2009). “Para una pedagogía de la escucha y del encuentro – IMCED.” Disponible en este enlace.
  4. Repensar la relación educativa desde la pedagogía de la alteridad / Vila Merino, Eduardo S. in “Teoría de la Educación : Revista Interuniversitaria : 31, 2, 2019, Salamanca : Ediciones Universidad de Salamanca, 2019 , 2386-5660 – Casalini id: 4585022” – P. 173-192 – Disponible en este enlace
  5. Martín-García, X., Gijón-Casares, M., & Puig-Rovira, J.-M. (2019). Pedagogía del don. Relación y servicio en educación. Estudios Sobre Educación37, 51-68. Disponible en este enlace.
  6. “Pedagogía del don. Relación y servicio en educación – Revistas.” 7 nov. 2019. Disponible en este enlace.
  7. José Blas, Francisco Riquelme, Enrique González, Anna Forés et al. (2023) Educar para ser. SM.