Diseccionando el concepto de desigualdad para facilitar la intervención educativa

13 noviembre 2022
La detección y el análisis de casos de desigualdad y exclusión permite adecuar la orientación y tutoría para mitigar sus efectos (img: iStock).

La desigualdad no es un concepto monolítico, sino un problema multifactorial y complejo cuyos componentes hay que tratar de identificar y convertir en datos para paliar sus perniciosos efectos sobre el desarrollo psicológico y educativo de niñas y niños, que limitan su acceso a las oportunidades educativas e intensifican las disparidades socioeconómicas.

En 2024, la desigualdad social y económica es una de las señas de identidad de nuestra situación actual. Según las encuestas de condiciones de vida, tanto el porcentaje de población en riesgo de pobreza y exclusión social, como el porcentaje de población que se encuentra en situación de carencia material y social severa, ha ido aumentando en los últimos años (INE, 2023).

Los efectos de la desigualdad social, económica y la exclusión sobre el desarrollo psicológico y educativo de los niños, provocan una limitación en el acceso a las oportunidades educativas, intensifican las disparidades en el caso de las estudiantes, las personas con diversidad funcional, los que viven situaciones de inestabilidad y conflicto, y los marginados por su origen étnico, idioma o ubicación remota (UNESCO, 2022). Más de 200 millones de niños menores de 5 años no están desarrollando todo su potencial debido a la desigualdad, la pobreza, la malnutrición, la mala salud y los entornos domésticos poco estimulantes (Grantham-McGregor y col., 2007).

En la formación del profesorado del Máster de Atención a la Diversidad y Educación Inclusiva tiene cabida la enseñanza de aquellos elementos útiles para identificar y eliminar todas las barreras que impiden acceder a la educación. La lucha contra las discriminaciones en la esfera de la enseñanza hace hincapié en que la inclusión y la equidad son los cimientos de una educación de calidad (UNESCO, 1960). La Universidad Alfonso X el Sabio (UAX) intenta avanzar en el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) que tratan de garantizar una educación inclusiva y de calidad para promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos (UNESCO, 2020).

Con estos objetivos en mente, en la asignatura Metodología de la Investigación y Educación Inclusiva de la UAX (2023-2024) se formaron equipos de trabajo para identificar (desde los centros educativos) los indicadores que favorecen la desigualdad. Los centros educativos no son entes aislados del entorno social en el que desarrollan su actividad. Por ello, son competentes a la hora de detectar qué factores están produciendo desigualdad en su alumnado.

El trabajo se inició formando equipos de discusión cuyo punto de partida era analizar en profundidad las categorías que hacían referencia a los distintos tipos de desigualdad y que inciden en la disparidad social, económica, educativa y de exclusión.

¿Qué categorías se tuvieron en cuenta?

Dentro de las desigualdades socioeconómicas, se encuentran diferencias en cuanto al distinto acceso a recursos educativos, dado que puede haber disparidades en el acceso a libros, tecnología, materiales educativos y otros recursos entre estudiantes con diferentes niveles socioeconómicos. También se encuentran diferencias en cuanto a la participación en actividades extracurriculares; es decir, las desigualdades también pueden reflejarse en dicha participación debido a limitaciones financieras o falta de oportunidades.

Dentro de las desigualdades académicas, debemos tener en cuenta el distinto logro académico, es decir, diferencias en el rendimiento académico entre grupos de estudiantes, posiblemente relacionadas con la calidad de la educación, el apoyo en el hogar y otros factores. También se encuentran diferencias en cuanto al acceso a programas avanzados o especializados, es decir, algunos estudiantes pueden enfrentar barreras para acceder a programas académicos avanzados debido a discriminación, falta de recursos o falta de orientación.

Dentro de las desigualdades de género, hay que tener en cuenta la participación en ciertas disciplinas, es decir, puede haber desigualdades en la participación de estudiantes de géneros diferentes en áreas específicas de estudio. También se encuentran diferencias en cuanto a la brecha salarial después de la graduación, es decir, si existen diferencias salariales significativas entre graduados de géneros diferentes, podría indicar desigualdades de género.

Dentro de las desigualdades étnicas y raciales, debemos tener en cuenta la tasa de suspensión o expulsión, es decir, puede haber disparidades en las medidas disciplinarias, lo que podría indicar sesgos raciales o étnicos. También se encuentran diferencias en cuanto al acceso a recursos educativos avanzados, es decir, las diferencias en el acceso a oportunidades educativas avanzadas pueden reflejar desigualdades étnicas o raciales.

Dentro de las desigualdades de acceso, conviene tener en cuenta el acceso a instalaciones educativas, es decir, diferencias en el acceso a laboratorios, bibliotecas y otras instalaciones educativas. También se encuentran diferencias en cuanto al acceso a programas de apoyo, es decir, algunos estudiantes pueden enfrentar barreras para acceder a programas de apoyo académico o emocional.

Y, por último, dentro de las desigualdades en la participación parental, debemos tener en cuenta la participación en eventos escolares, es decir, diferencias en la participación de padres o tutores en eventos escolares, reuniones de padres… Y otros indicadores como el seguimiento e interés de los padres en el proceso educativo del niño y el análisis de las habilidades y conocimientos de los padres que son asignados a eventos escolares.

Resultados

Como resultado del trabajo se llegó a la identificación concreta de las medidas relevantes de desigualdad dentro de cada categoría, con el objetivo de su futura medición por parte de los centros educativos. Después de poner en marcha esta medición de la desigualdad y exclusión en centros concretos, se analizan los datos recabados. Es decir, se analizan las diferencias en el campo de la exclusión y la desigualdad que dichos indicadores provocan en el centro educativo concreto.

Los resultados son especialmente relevantes para tener en cuenta a la hora de la formación del profesorado, fundamentalmente, en la sensibilización del mismo ante esta realidad. El profesorado y sus equipos de colaboradores se erigen como actores fundamentales en la configuración de los futuros de la educación (UNESCO, 2022). En cuanto a los centros educativos, los resultados de las mediciones de desigualdad también se tienen en cuenta para adecuar la orientación y tutoría a la detección de casos de desigualdad y exclusión. De esta manera se pueden paliar sus perniciosos efectos desde el ámbito educativo.


María Yolanda de Pellegrín es profesora del Máster Universitario en Atención a la Diversidad y Educación Inclusiva de la UAX.

Referencias

  • Grantham-McGregor, S.; Cheung, Y.; Cueto, S.; Glewwe, P.; Richter, L.; Strupp, B. y The International Child Development Steering Group (2007). Developmental potential in the first 5 years for children in developing countries en The Lancet, 369, 60-70
  • UNESCO (1960), Convención relativa a la lucha contra las discriminaciones en la esfera de la enseñanza. Documento aprobado por la Conferencia General en su undécima reunión, París, 14 de diciembre de 1960. Disponible en este enlace
  • UNESCO (2020), Educación Inclusiva Interseccional a lo largo de la vida, para que nadie quede atrás. Documento de referencia del Foro Internacional de la UNESCO sobre Inclusión y Equidad en la Educación, Todas y Todos los Estudiantes Cuentan, Colombia 2019. Disponible en este enlace
  • UNESCO (2022). Reimaginar juntos nuestros futuros: un nuevo contrato social para la educación. Fundación SM. Disponible en este enlace

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