La educación ecosocial en la LOMLOE

03 junio 2024
La educación ecosocial pone en el centro el cuidado de la relación entre los seres humanos y el cuidado del entorno (img.: iStock).

La nueva reforma educativa introduce una mejora significativa con respecto a leyes anteriores en cuanto a la inclusión de la educación ecosocial de una forma transversal, tanto en Educación Primaria como en Educación Secundaria Obligatoria. Se presentan algunas de las ideas clave para una educación ecosocial y se analizan los grandes bloques de aprendizajes en este ámbito.

Cada vez existen más evidencias, justificadas por numerosas investigaciones científicas, de que estamos en una crisis ecológica y social cuyos efectos van a suponer cambios de gran calado en nuestras formas de vida. La emergencia climática (IPCC, 2021), la alteración de ecosistemas y la pérdida de biodiversidad (IPBES, 2019), la sobreexplotación de recursos y los límites en la disponibilidad material (WB y EGPS, 2017) y energética (IEA, 2020), unido a las crecientes tasas de desigualdad (WB, 2022), nos alertan de un mundo en situación de translimitación. Intuimos que el futuro va a ser diferente al presente y que viviremos tiempos de gran incertidumbre (Fernández Durán y González Reyes, 2018). En este con- texto, la educación ecosocial se hace imprescindible y nos obliga a un replanteamiento radical de la forma en la que el ser humano se relaciona con la naturaleza y entre sí, y la necesidad de acometer cambios transformadores de enorme calado.

No podemos seguir educando como si nada de todo esto estuviera pasando, es central preparar al alumnado para la incertidumbre y complejidad de la situación, aportando herramientas para la acción, basadas en el desarrollo del pensamiento crítico y holístico.

Por educación ecosocial entendemos aquella que capacita al alumnado para ser un agente activo de cambio hacia sociedades justas, demo- cráticas y sostenibles, al tiempo que se desarrolla de manera armónica teniendo en cuenta el desarrollo personal y el de carácter colectivo. Una educación que es consciente de nuestra ecodependencia, poniendo en valor nuestra pertenencia y subordinación a la naturaleza, así como nuestra interdependencia, como seres sociales, necesitados (y dadores) de cuidados y corresponsables para generar procesos comunitarios y participativos.

 

¿Cuál es el alcance de la educación ecosocial en el nuevo currículo?

En primer lugar, consideramos que hubiera sido oportuno desarrollar una competencia ecosocial, con entidad propia, al mismo nivel que otras competencias clave, si bien algunos de los principios básicos de los enfoques ecosociales se recogen en la competencia ciudadana.

Uno de los bloques de aprendizajes ecosociales centrales, que aparece en la LOMLOE, es el de ecodependencia, a través del cual se insta al alumnado a comprender nuestro anclaje a la naturaleza como insoslayable para poder disfrutar de vidas saludables y dignas. Por ello, es importante conocer el funcionamiento de la biosfera. En ese sentido, el real decreto de enseñanzas mínimas, aunque aborda esa mirada del funcionamiento de la biosfera, adolece de un enfoque holístico que introduzca al alumnado en la lógica de los sistemas complejos, especialmente para la Educación Secundaria Obligatoria. La trama de la vida y su evolución en el planeta Tierra, como resultado de millones de años de adaptaciones y realimentaciones, suponen una garantía de supervivencia de nuestra especie muy por encima de las que pueden proporcionar en solitario las sociedades humanas y su tecnología. Por tanto, es importante ser conscientes de la necesidad “interesada” de nuestras sociedades en el cuidado del planeta y de imitar las leyes de funcionamiento de la vida como estrategia indispensable de futuro humano y no humano.

Además, es importante afianzar en el currículo un enfoque ecocéntrico, desplazando la mirada antropocéntrica que pone al resto de la naturaleza al servicio del ser humano. Entender la trama de la vida como algo “sagrado”, en sentido laico, y potenciar nuestra biofilia para desarrollarnos armónicamente dentro la biosfera. El sistema socioeconómico humano debe de integrarse en el funcionamiento del conjunto de los ecosistemas, imitándolos, en vez de explotarlos y deteriorándolos como si tuviéramos a nuestra disposición un planeta de recursos y sumideros ilimitados. Este enfoque no aparece suficientemente desarrollado.

En el currículo, se aborda ampliamente cuestiones de la crisis civilizatoria actual, como la emergencia climática, la pérdida de biodiversidad (aunque no se alerta de la “sexta extinción”) y la sobreexplotación de recursos (agua, bosques, etc.), aunque sería necesario incidir en las causas y soluciones de carácter estructural que supongan paliar la crisis multisistémica en la que nos encontramos y que cada vez se hace más evidente. En este sentido, el fomento del pensamiento crítico y la acción colectiva deben alentar al alumnado a formar parte activa de los procesos de cambio social necesarios.

Sin embargo, no se transmite con la suficiente intensidad una mirada holística que sirva para entender procesos complejos, que se encadenan unos a otros y que están sujetos a realimentaciones. Es importante poder comprender la crisis civilizatoria actual en toda su dimensión para poder plantear soluciones verdaderamente transformadoras que vayan a la raíz de los problemas. Pero, además, debemos avanzar en la reflexión colectiva que conduzca a la construcción de imaginarios posibles y deseables que combatan la ecofatiga y canalicen la acción colectiva.

Otro elemento central para la educación ecosocial es la idea de justicia. El currículo plantea la desigualdad desde una perspectiva interseccional (género, clase, etnia, origen, etc.), dentro del marco de la Declaración Universal de Derechos Humanos y del Niño y la Niña, así como los objetivos de desarrollo sostenible. Esta idea de justicia no solo debe visibilizar las situaciones de desigualdad, sino también plantear cómo paliarlas de una forma justa, mostrando alternativas socioeconómicas y culturales solidarias, dentro de un marco de reducción material global. Para poder conseguir vidas dignas para todas las personas del planeta, dada la situación de translimitación en la que nos encontramos, es imprescindible contemplar escenarios de fuerte redistribución de la riqueza. Transmitir que todo aquello que no es universalizable es un privilegio y que debemos articular estilos de vida más frugales en lo material, pero más complejos y ricos en lo comunitario y en lo ecosistémico.

Una de las señas de identidad del currículo de la LOMLOE, tanto en Primaria como en Secundaria Obligatoria, es el desarrollo de un enfoque de equidad de género, con la presencia de temáticas como la coeducación, la prevención de la violencia de género y el respeto a la diversidad afectivo-sexual. Además, se hace hincapié en el papel de las mujeres en la sociedad, frecuentemente olvidadas, la influencia que tuvieron y tienen las mujeres en los principales movimientos feministas, así como la importancia de conseguir la corresponsabilidad de los cuidados, que han realizado y realizan las mujeres en mayor medida.

El currículo de la LOMLOE también trabaja con profusión la idea de democracia, desarrollando herramientas para la reflexión y la toma de decisiones colectivas, valorando las diversas opiniones, aprendiendo mediación y resolución no violenta de conflictos. Sin embargo, estas herramientas se trabajan de una forma más clara en Educación Primaria y deberían de ser centrales en todos los niveles, dada su importancia para generar sociedades solidarias y participativas en un mundo complejo, vulnerable e incierto que se atisba en el horizonte.

Fruto de todo ello, otro de los puntos fuertes de la LOMLOE es capacitar al alumnado para ser un agente de cambio ecosocial, aunque en la Educación Secundaria Obligatoria se trabaja en menor profundidad que en Primaria. Esta meta del currículo es de gran relevancia para el desarrollo competencial que marca la ley. En este sentido, se desarrollan la empatía, la compasión, el pensamiento crítico y la creatividad como herramientas básicas para poder desenvolverse en un mundo en el que el futuro se percibe lleno de cambios.

Uno de los puntos fuertes de la LOMLOE es capacitar al alumnado para ser un agente de cambio ecosocial. Para ello hay que poner en el centro nuestra interdependencia y ecodependencia.

Para ser agente de cambio, es necesario potenciar el desarrollo personal del alumnado de manera integral y equilibrada, aunando aspectos emocionales, relacionales y físicos. Poniendo en el centro nuestra interdependencia y ecodependencia, entendiéndonos como seres sociales colectivos y en armonía con la biosfera. En el currículo también se aborda la importancia de los cuidados para el desarrollo de “vidas buenas”, así como la necesidad de que todas las personas tomemos conciencia de la corresponsabilidad que tenemos en hacer realidad estos cuidados.

Por último, una ausencia relevante del currículo es la relativa al tratamiento de la tecnología desde una mirada ecosocial, más aún cuando una de las señas de identidad del currículo es la competencia digital del alumnado. Resulta imprescindible potenciar el pensamiento crítico acerca del desarrollo científico-tecnológico y conocer la huella material y energética de la tecnología, así como su efecto sobre el deterioro de los ecosistemas y las comunidades, teniendo en cuenta todo el ciclo de vida, desde la extracción de materias primas hasta la fase de residuo. En un futuro cercano de escasez de combustibles fósiles y minerales, es clave pensar qué desarrollos tecnológicos serán posibles y deseables para el bien común. Todo ello sin negar el reconocimiento de muchos de los avances tecnológicos de nuestra sociedad.

 

Referencias

  • Fernández Durán, R.; González Reyes, L. (2018). En la espiral de la energía. Libros en Acción y Baladre, Madrid.
  • IEA (International Energy Agency) (2020). World Energy Outlook 2020. IEA.
  • IPBES (2019). Global assessment report on biodiversity and ecosystem services of the Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services. IPBES secretariat, Bonn.
  • IPCC (International Panel on Climate Change) (2021). Climate Change 2021: The Physical Science Basis. IPCC-Working Group I, Estocolmo.
  • WB (World Bank) (2022). Global economic prospective. June 2022. WB.
  • WB (World Bank) y EGPS (Extractives Global Programmatic Support) (2017). The Growing Role of Minerals and Metals for a Low Carbon Future. WB, EGPS.

 

Notas

  1. Adaptación del texto inicialmente publicado en C. Coll, E. Martín y Á. Marchesi (Coord.). Nuevo currículo, nuevos desafíos educativos. Madrid: SM (pp. 537-574). Disponible en este enlace.
  2. El análisis que se ofrece en este artículo se apoya en las conclusiones del análisis de los principales aprendizajes que el alumnado debería adquirir desde una perspectiva ecosocial. El resultado de dicho análisis dio lugar a una propuesta de treinta y un aprendizajes esenciales, agrupados en ocho grandes bloques, que se recogen en el siguiente trabajo: González Reyes, ; Gómez, C.; y Morán, C. (coordinación) (2022). Educar con enfoque ecosocial. Análisis y orientaciones en el marco de la LOMLOE. FUHEM, Madrid.
  3. Para saber más, se propone un análisis del planteamiento del currículo ecosocial en Educación Primaria, de los mismos autores, en este enlace.
  4. Véase un ejemplo de proyecto educativo que puede servir como ejemplo y guía al profesorado en cuanto a su enfoque ecosocial y transversal para diseñar situaciones de aprendizaje en este enlace.