Un “Día Mundial” para recordar la necesidad de mejorar la formación en ciencia y tecnología

10 abril 2025
Un alumno del IES Antonio de Nebrija programa una pequeña sonda atmosférica provista de diversos sensores que se lanza mediante un pequeño cohete y recoge datos atmosféricos durante su viaje de regreso, protegida por un paracaídas (img.: EDUforics).

El Día Mundial de la Ciencia y la Tecnología fue establecido por la Conferencia General de la Unesco en 1982 con el objetivo de promover la integración de la ciencia y la tecnología en la vida diaria y en la escuela, por su contribución al desarrollo social, económico y medioambiental de los países.

La fecha tiene una relevancia especial en la región latinoamericana, y en particular para Argentina, porque rinde homenaje a uno de sus más destacados científicos, Bernardo Houssay, que fue el primer científico latinoamericano en recibir el premio Nobel de Medicina, en 1947, por sus investigaciones sobre el rol de la glándula hipófisis en el metabolismo de los hidratos de carbono y su influencia en la regulación del azúcar en sangre, que sentó las bases para los estudios sobre la diabetes. Además de sus contribuciones científicas, Houssay destacó como formador de científicos.

Además de un homenaje a la comunidad científica latinoamericana, este día es un recordatorio de la capacidad innovadora de la humanidad para resolver problemas, así como de la necesidad de fomentar la investigación, la creatividad y el pensamiento crítico en las nuevas generaciones. Se conmemoran los avances tecnológicos y científicos que han permitido transformar nuestra forma de vivir, desde mejoras en la salud y la producción de alimentos hasta desarrollos que han revolucionado la manera en que nos comunicamos y aprendemos. Además, se hace un llamamiento a la cooperación internacional para enfrentar desafíos globales, como el cambio climático, las crisis sanitarias y las desigualdades económicas, que requieren soluciones globales, basadas en el conocimiento y la innovación.

La formación científica en la enseñanza obligatoria es uno de los objetivos de esta celebración. En un mundo en constante evolución, donde la tecnología avanza a pasos agigantados, es necesario que el alumnado adquiera una formación científico-tecnológica como base sólida para una educación para el desarrollo sostenible. Esta educación fomenta el pensamiento crítico y la creatividad, pero también impulsa la innovación y prepara a los y las jóvenes para tomar decisiones más informadas y para afrontar los desafíos de un futuro incierto y complejo.

En este sentido, la integración curricular de la ciencia y la tecnología desarrolla competencias clave como la resolución de problemas y el trabajo en equipo, y ayuda a conformar una ciudadanía mejor preparada para contribuir activamente a la solución de los retos globales. Esta celebración pretende reafirmar la importancia de una educación que fomente una cultura científica en las aulas, que proporcione herramientas para transformar nuestro entorno, impulsar el desarrollo humano y construir sociedades más justas y sostenibles.

 

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