La colaboración entre escuela y entorno como eje de transformación social

La convicción de que la acción educativa tiene la capacidad de transformar y reconfigurar las estructuras sociales existentes está detrás de esta iniciativa de la UAX que se apoya en las comunidades de aprendizaje, como agentes imprescindibles en la transformación educativa, y en el aprendizaje dialógico para trascender el ámbito estrictamente escolar y diseñar propuestas de intervención educativa orientadas a generar un impacto real en contextos concretos.
La realidad educativa no puede comprenderse de manera aislada; esta se encuentra intrínsecamente condicionada por el entorno social al cual pertenece y que, de una manera relevante, le impacta y le condiciona. De igual manera, este contexto social se ve influido por las dinámicas que se generan en el ámbito educativo. Los centros escolares constituyen auténticos microcosmos sociales, en los que se reproducen, pero también se cuestionan, las estructuras sociales predominantes, incidiendo de manera significativa tanto en las oportunidades de movilidad social como en la formación de valores cívicos. En consecuencia, la interacción entre los contextos educativo y social debe entenderse como un proceso bidireccional: las circunstancias sociales determinan los recursos disponibles, las políticas implementadas y las prácticas pedagógicas, mientras que la acción educativa posee la capacidad de transformar y reconfigurar las estructuras sociales existentes.
Esta interrelación adquiere una importancia aún mayor en el contexto de la globalización, donde fenómenos como la desigualdad económica, la diversidad cultural y el avance tecnológico exigen una educación capaz no solo de responder a estos retos, sino también de anticiparse a ellos y preparar a las nuevas generaciones para afrontarlos de manera crítica y constructiva. Si el objetivo es avanzar hacia una sociedad más equitativa, justa e inclusiva, el espacio educativo se erige como el escenario privilegiado para impulsar y consolidar dicho cambio social.
El espacio educativo se erige como el escenario privilegiado para impulsar el cambio social
Desde esta perspectiva de transformación social, la colaboración entre la Fundación SM y los estudiantes del Máster en Formación del Profesorado de la Universidad Alfonso X el Sabio se consolida, por segundo año consecutivo, como un espacio de innovación y compromiso con la mejora educativa. En el marco del proyecto “Reimaginar juntos la educación”, durante el curso académico 2024/2025 se ha desarrollado una iniciativa en la asignatura Educación y Entorno Familiar y Social del máster, en la que los estudiantes han tenido la responsabilidad de diseñar propuestas de intervención educativa orientadas a generar un impacto real en contextos concretos, ya sean reales o simulados.
Este ejercicio académico ha puesto de nuevo especial énfasis en la aplicación de conceptos clave como el “third teacher” —entendido como el espacio ampliado de aprendizaje— y en el reconocimiento de las comunidades de aprendizaje como agentes imprescindibles en la transformación educativa, integrando la participación activa de todos los actores implicados: familias, docentes y agentes sociales, entre otros. Asimismo, se ha promovido el aprendizaje dialógico y se ha considerado la importancia de los escenarios de aprendizaje a lo largo de la vida (lifelong learning), trascendiendo el ámbito estrictamente escolar y reafirmando el principio del derecho a la educación como un pilar fundamental de la sociedad. Cabe destacar que, en esta edición, los proyectos analizados y desarrollados por los estudiantes han evidenciado una notable orientación hacia la aplicabilidad real, lo que refuerza la convicción de que la educación, como motor de cambio social, requiere del esfuerzo conjunto y prioritario de toda la comunidad educativa para alcanzar sus objetivos transformadores.
La educación, como motor de cambio social, requiere del esfuerzo conjunto de toda la comunidad educativa
Formación de agentes de cambio
El nivel alcanzado en los trabajos presentados por los estudiantes respondió satisfactoriamente a las expectativas planteadas al inicio del curso.
Entre las propuestas desarrolladas, cabe destacar especialmente el proyecto seleccionado por su rigurosa planificación y su clara orientación hacia la aplicabilidad en contextos reales, el elaborado por María de la Cabeza España Rueda, titulado “Olivar, una cultura familiar viva”. Este proyecto se distingue por su capacidad para profundizar en la necesidad de incorporar experiencias educativas enriquecedoras que trasciendan el espacio físico del aula, así como por ofrecer respuestas innovadoras a problemáticas sociales concretas, promoviendo la inclusión y la participación activa de las familias como elementos fundamentales para el desarrollo de un clima de convivencia óptimo en los centros educativos.
La implementación de esta colaboración entre la Fundación y la universidad permitió constatar, por un lado, un elevado grado de satisfacción entre el profesorado, al observar el compromiso y la participación activa de los estudiantes, quienes no solo se implicaron en la elaboración de los proyectos, sino que también abordaron con una perspectiva crítica las implicaciones sociales de sus propuestas. Por otro lado, la mayoría del alumnado manifestó una notable satisfacción al reflexionar sobre su papel como agentes de cambio e inclusión, así como en su capacidad para generar iniciativas que trascienden el ámbito escolar y contribuyen a la construcción de una sociedad más justa, igualitaria e inclusiva.