Pautas para educar con realismo y esperanza
13 marzo 2024
Ante la complejidad de los retos que afronta el mundo, la tentación es pasarlos por alto en el aula o dejarse arrastrar por radicalismos. La escuela lo puede eludir la realidad, pero debe hacerlo, en palabras de Meirieu, “de forma serena” y buscando ofrecer esperanza la alumnado.
- “El papel de la escuela no es negar los miedos, la angustia, la cólera, la indignación. Pero sí es el de ayudar a los alumnos a expresarlos de una manera serena, de modo que puedan extraer consecuencias para su propio comportamiento. Hay que hacerles entender que cada uno de nosotros puede hacer algo. ¿Qué puedo hacer para que el mundo sea menos bárbaro? Esa es la pregunta. Sin duda, asistimos a un aumento de la radicalización. Resulta muy seductora para el joven porque es susceptible de llenar el vacío de su existencia. Una de las características de las sociedades posmodernas es que tienen problemas para dar ideales a la juventud. ¿Cuáles son esos ideales ahora mismo? El consumo y el éxito profesional. Y hay una parte de la juventud que piensa que no puede acceder a ello. Creo que la labor del profesor es doble: por un lado, debe mostrar el peligro de esa oferta ideológica y hasta qué punto es destructora de la humanidad. Por otro lado, y esto es lo más difícil, debe ofrecer esperanza al joven. Una vez trabajé con jóvenes radicalizados en prisión y la experiencia es reveladora. Nunca les dijimos que sus creencias eran malas. En cambio, les hicimos vivir experiencias que los obligaban a dudar de su manera de pensar. El radicalismo excluye la duda, solo da certidumbres, de modo que nuestro trabajo con los alumnos, y hablo aquí de los alumnos en general, es ayudarlos a plantearse preguntas. La escuela es el lugar donde se interroga el mundo. Ante la realidad del mundo podemos estar desesperados, pero nuestra desesperación debe ser optimista.” Philippe Meirieu, profesor de Ciencias de la Educación y especialista en pedagogía.
Enfocar los problemas reales desde la posibilidad de su resolución
Al exponer los grandes problemas que afectan al mundo o al contexto más cercano del alumnado hemos de ofrecerles también opciones de cambio. Para ello debemos tener en cuenta lo siguiente:
- Abrir a los estudiantes a la esperanza en otro mundo posible.
- Dar a conocer acciones reales que favorezcan la resolución de problemas.
- Destacar la importancia de las actitudes solidarias para avanzar juntos.
- Proponer acciones en las que el alumnado pueda participar.
Algunas pautas para educar con realismo y esperanza
- Fomentar la objetividad y el pensamiento crítico ante un problema.
- Desarrollar la resiliencia, no como resignación sino asociada a la acción.
- Promover una actitud constructiva ante las dificultades de la vida.
- Entrenar el optimismo como punto de partida para la resolución de problemas.
- Abordar el concepto de cooperación y sus consecuencias.
- Analizar en el aula problemas con un alcance global.
- Conectar al alumnado con las necesidades sociales de su entorno.
- Mediar en los problemas de convivencia desde la restauración y la inclusión.
- Aplicar la metodología de aprendizaje basado en problemas y el aprendizaje basado en retos.
- Fomentar la creación de redes y comunidades de aprendizaje.