El cuidado de los vínculos afectivos y sociales del alumnado

29 marzo 2024
La pandemia demostró que, durante la adolescencia, la escuela constituye una plataforma determinante para el despliegue de habilidades y competencias para la vida. Es el escenario idóneo que refuerza la identidad y las capacidades de adaptación (img.: iStock).

Esta propuesta tiene por objetivo fortalecer la dimensión socioemocional del alumnado del segundo año de bachillerato del Instituto Cultural Tampico en la postpandemia del Covid-19. A su regreso a las aulas, después de dos años de virtualidad por el Covid-19, sufrieron diversas alteraciones psicoemocionales (estrés, ansiedad, fobias, apatía, etc.) a causa del severo aislamiento que vivieron esos dos ciclos escolares. La propuesta se encamina al diseño de estrategias convivenciales mediante actividades guiadas y participativas para fortalecer los vínculos sociales y competencias socioemocionales como la empatía y la resolución de conflictos buscando una educación para la paz y el bien común. 

En marzo de 2020, como todas las escuelas del mundo, el Instituto Cultural Tampico (ICT) comenzó el recorrido de un nuevo camino, inesperado, abrupto e incierto. De un día para otro, se suspendieron las actividades educativas presenciales y se envió a los estudiantes, desde los más pequeños de preescolar hasta los mayores de bachillerato, a sus casas para continuar el curso escolar desde la modalidad virtual. Como a muchas organizaciones, la situación llevó al colegio ante el “no saber qué hacer” pero, “algo hay que hacer”. Los principios y la práctica de la educación jesuita estimularon la búsqueda de soluciones en ese tiempo tan atípico.  

El colegio informó, como primera acción, a los padres de familia y colaboradores (docentes, administrativos y de servicio) sobre las diversas acciones y proyectos que se ponían en marcha para enfrentar la contingencia sanitaria. Los objetivos fueron: a) asegurar una continuidad formativa de excelencia para los estudiantes; b) velar por la salud de la comunidad educativa; c) apoyar a las familias ante una posible situación económica apremiante; y d) contribuir al compromiso solidario y de responsabilidad social en Tampico y en México.  

En 2021, la UNICEF presentó datos muy significativos relacionados con adolescentes durante la pandemia, los mismos que contribuyeron a delimitar el problema de esta investigación educativa. Este estudio muestra cifras significativas relacionadas con el estrés, la ansiedad y la depresión, experimentadas en adolescentes a causa de la pandemia. El trabajo se realizó con 8,444 adolescentes y jóvenes de entre 13 y 29 años de América Latina y el Caribe y el reporte mostró que las tasas de trastornos ansiosos y depresivos se incrementaron dramáticamente en un 27% y 15% respectivamente. El 46% de los jóvenes manifestó sentir una falta de motivación que se extiende a los compromisos y obligaciones diarias. De acuerdo con los resultados de este estudio, entre las variables que más causaron el desajuste emocional se encuentra el aislamiento que limitó el apoyo social y la posibilidad de tener interacciones en actividades con otros (UNICEF, 2121). 

Este informe de UNICEF sirve para enmarcar la experiencia de confinamiento y aislamiento social que igualmente vivieron las y los estudiantes del bachillerato ICT durante dos años, y en cómo se refleja en sus interacciones sociales y su ámbito socioafectivo, ahora que han regresado al colegio. En los registros de acompañamiento a sus estudiantes, durante el largo periodo de aprendizaje bajo esta modalidad de escuela desde la casa, las psicólogas identificaron una línea base en la tónica general de sus entrevistas: desánimo, apatía, inseguridad, miedo, estrés, ansiedad y síntomas depresivos, entre los rasgos más comunes. Unos decían que extrañaban a sus amigos y familiares porque no podían convivir con ellos, solo los veían y conversaban a través de medios virtuales. Otros estaban preocupados y tristes por sus abuelos, ya que eran conscientes de su vulnerabilidad.   

La experiencia de los dos ciclos escolares bajo esta modalidad de excepción demostró, entre otras cosas, que, durante la adolescencia, la escuela constituye una plataforma determinante para el despliegue de habilidades y competencias para la vida. Su aportación y relevancia van mucho más allá de tan solo la adquisición de conocimientos. El ambiente escolar es el escenario idóneo que refuerza la identidad y las capacidades de adaptación. De acuerdo a Loredo (2018), es aquí donde confluyen e interactúan valores, símbolos relevantes y diversos agentes sociales que cobran sentido y contribuyen al logro de la autonomía y responsabilidad de un estudiante. 

Por ello, tanto la dirección del colegio como el equipo de orientadores de Formación Ignaciana, el departamento de Psicopedagogía y el equipo docente de bachillerato ICT vimos necesario diseñar algunas estrategias convivenciales a través de actividades guiadas y participativas encaminadas a fortalecer los vínculos sociales y competencias socioemocionales como la empatía y la resolución de conflictos, en la búsqueda de una educación para la paz y el bien común. 

 

Descripción y resultados de la experiencia 

 La iniciativa se llevó a cabo con estudiantes de bachillerato en el Instituto Cultural Tampico, un colegio Jesuita del noreste de México, en el estado de Tamaulipas (ICT, 2019). 

El objetivo general planteado era fortalecer los vínculos afectivos y sociales en las y los estudiantes de bachillerato.  

Para lograrlo, se plantean tres objetivos específicos: 

  1. Ahondar, con sustento teórico y con sentido humanista, desde el enfoque convivencial de la educación, en algunos aspectos o enfoques de las habilidades socioemocionales que apuntalan la formación social y afectiva de los adolescentes en esta etapa y fortalecen su compromiso social.
  2. Diseñar e implementar estrategias convivenciales y participativas para las y los estudiantes, que apoyen el desarrollo de habilidades socioemocionales tales como la empatía y la resolución de conflictos que favorecen su formación integral y contribuyen a la construcción de una cultura de paz.
  3. Evaluar el impacto de estas estrategias a fin consolidarlas como parte del currículum institucional del Bachillerato del Colegio.  

Para entender de una forma más integrada los factores involucrados en el problema detectado, se elaboró un diagrama de Árbol de Causa-Problema-Efecto. Se tomaron en cuenta las observaciones y las reflexiones del cuerpo docente de bachillerato durante la emergencia sanitaria y ahora que están de nuevo en las aulas. Este ejercicio permitió visualizar mejor los efectos del regreso al entorno escolar actual, percatarse de las nuevas necesidades por atender y determinar los objetivos pertinentes para cubrirlas. 

Las capacidades emocionales y sociales se pueden enseñar para ser capaces de manejar el estrés emocional de los tiempos modernos. Es importante aprender a reconocer y controlar esos sentimientos. Son valores educativos que deben estar presentes a lo largo de la vida escolar, el desarrollo de la autonomía, el respeto a la diversidad, al medio ambiente, a los miembros de la comunidad, el establecimiento de relaciones afectivas, la actitud solidaria, las relaciones interpersonales, sociales, afectivas, entre otros (Guevara, 2011). 

La perspectiva de intervención de este proyecto sigue la ruta metodológica de la investigación-acción participativa (IAP) planteada por Latorre (2015). Para este autor, el aula es un espacio real de investigación y esta consiste en una gama variada de estrategias que se realizan para mejorar el sistema educativo y social. La investigación-acción, según Latorre, es una forma de intervención autorreflexiva para ocasionar una mejora que posee rasgos o características esenciales como la participación y la espiral introspectiva, esto es, una espiral que comienza con pequeños ciclos de planificación, acción, observación y reflexión y avanza hacia problemas de mayor envergadura expandiéndose, gradualmente, a un número mayor de participantes. Otro rasgo característico de la IAP se refiere a la practicidad; los resultados y percepciones que se ganan con la investigación conducen a mejoras prácticas durante y después del proceso de investigación (Latorre, 2015). 

El enfoque fenomenológico de la IAP ayuda a conocer la perspectiva de las y los estudiantes de bachillerato. El propósito de esta primera exploración fue obtener información pertinente para orientar el trabajo. A partir de este, se definió el grupo de participantes bajo dos objetivos complementarios.  

  • El primero fue conocer la mirada personal de las y los estudiantes como prioridad y la mirada de algunos adultos que también participaron, sobre las experiencias vividas durante los ciclos escolares de virtualidad por el COVID-19 y a partir del regreso a las clases en esta “nueva normalidad”, en un ambiente de confianza y apertura.  
  • El segundo objetivo se orientó a compartir con este grupo los avances para evaluar el interés y la viabilidad de las propuestas de intervención. 

El grupo se conformó con seis estudiantes de primer año de bachillerato (uno por cada grupo de la generación de ese año) y una estudiante más de la generación del tercer grado, quien fungió como enlace entre los adultos y los estudiantes y elaboró una bitácora de diario de campo. También participaron la psicopedagoga y el profesor de orientación del primer grado, una madre de familia representante de la Asociación de Padres de Familia del ICT y la directora de Formación Ignaciana.   

La primera reunión se llevó a cabo durante el mes de marzo de 2023, durante la jornada escolar. Para esta reunión, se programó una entrevista de grupo como diálogo semiestructurado. Este tipo de entrevista constituye un recurso plenamente identificado en el ambiente escolar del ICT y ayuda a establecer confianza con las y los estudiantes y a conocer más a fondo sus realidades, sentimientos, necesidades e intereses. Como instrumento metodológico, es una pieza clave para el inicio del trabajo de diseño a la vez que puede potenciar el interés de los participantes.   

Para la fase de implementación de estrategias, se contempló que fueran las y los mismos estudiantes, quienes promuevan y acompañen al resto de las y los compañeros a la participación. De acuerdo con Cely-Fuentes (2021) este esquema permite que las experiencias personales y en grupo, preparen a las nuevas generaciones para vivir en paz “en una sociedad con mayores cotas de justicia” (p. 55).  

La sesión de diagnóstico con el grupo de participantes se elaboró con base en el esquema de inicio, desarrollo y cierre. Para el inicio, se incluyó una bienvenida y la presentación de los participantes, en el desarrollo, tuvieron oportunidad de conversar sobre sus diversas impresiones en la virtualidad y ahora a su regreso a las clases presenciales. En el momento de cierre se compartió la propuesta de intervención con la intención de indagar sobre el interés y las expectativas del grupo, a partir de estas propuestas.  Para finalizar la sesión, los participantes (estudiantes y adultos) contestaron un cuestionario predeterminado, a través de un código QR, cuyas preguntas se orientaron a completar las expectativas y posibilidades de los resultados que se pretenden y contrastar las respuestas con el Árbol de Causa-Problema-Efecto. Se elaboró un instrumento para estudiantes y otro distinto para adultos participantes en esta sesión.  

Las preguntas se orientaron a indagar sobre: 

  • Sentimientos y emociones experimentadas sobre el regreso a la presencialidad. 
  • Percepción de las habilidades sociales ahora, al regreso al colegio. 
  • Percepción de la vivencia de valores como la solidaridad, colaboración, empatía en el ambiente escolar. 
  • La confianza y las estrategias que pueden apoyar el fortalecimiento de la convivencia y la solidaridad en el bachillerato. 

La participación de las y los alumnos fue muy enriquecedora. Puso de manifiesto, entre otras cosas, la gran necesidad de escucha y empatía que tienen las y los adolescentes y la frescura y creatividad que son capaces de imprimir a sus participaciones cuando se dialoga con ellos, se les considera y se les valora. Nadie mejor que nosotros sabemos que es lo que queremos y necesitamos, así que es bueno que nos tomen en cuenta”. comentó una alumna. 

Para responder a los objetivos se elaboró una matriz de análisis fundamentada en la teoría del cambio que parte de la identificación del problema que se ha planteado y sobre el cual se hará la intervención. El enfoque de esta teoría metodológica consiste en entender cómo las actividades producirán una serie de resultados que, a su vez, contribuirán al logro de los impactos finales. Esta herramienta ayuda a concretar un proceso en cadena que involucra estrategias de ejecución, tomando en cuenta insumos, productos, resultados e impactos (Rogers, 2014).  

Como acciones básicas, se decidió la creación una Comisión Estudiantil de Diálogos Participativos” (CEDIPA), a través de una convocatoria, previa campaña de socialización, que esté conformada por cuatro estudiantes del mismo grado, además de la psicopedagoga y el profesor de Orientación, también del mismo grado.  

De acuerdo con los resultados obtenidos a través de la bitácora de campo y cuestionarios con el grupo diagnóstico de participantes, se han planteado dos objetivos para la CEDIPA 

  • La promoción de las habilidades de diálogo y participación escucha empática y resolución de conflictos. 
  • La participación en el diseño, pilotaje e implementación de tres Sesiones-Taller participativas, “Conversando Resolvemos” (TCR) con el grupo muestra. Dicho grupo muestra está conformado por dos grupos de 15 estudiantes del segundo grado.  

A través de las dos acciones propuestas, CEDIPA y TCR, se busca impactar y contribuir al cumplimiento del objetivo que consiste en el fortalecimiento de los vínculos sociales, afectivos y de aprendizaje socioemocional entre las y los estudiantes de bachillerato que favorecen el desarrollo de habilidades como la empatía y la resolución de conflictos, como una ruta del eje Escuela de los Futuros de la Educación de UNESCO, para fortalecer la escuela como lugar educativo de protección y acompañamiento a través del bienestar y colaboración.  

  • La CEDIPA se conforma de un grupo de estudiantes que son promotores de prácticas dialógicas y convivenciales en el bachillerato, que coordinan espacios de diálogo entre pares y con sus profesores y que pueden sensibilizar, visibilizar e impulsar acciones conjuntas encaminadas a la resolución de problemas que atañen a su escuela y comunidad. Su participación activa y liderazgo deben contribuir al fortalecimiento de ciertas habilidades “blandas” no cognitivas y beneficiar el desarrollo socioemocional. 
  • Las sesiones con formato taller de los TCR, por su parte, servirán para capacitar a las y los estudiantes en habilidades dialógicas, convivenciales y colaborativas entre ellos y con otros integrantes de la comunidad educativa, un andamiaje que, poco a poco, instaura una cultura de paz. En este espacio, experimentan aprendizajes convivenciales orientados hacia la construcción de la paz (peacebuilding), en su entorno escolar, su comunidad y la sociedad, un modelo que nos enseña a vivir juntos y a practicar la solidaridad, la equidad y la justicia social, elementos clave para la transformación social.  

La lógica de esta propuesta metodológica, diseñada desde la teoría del cambio, se resume en la siguiente hipótesis:  

Si se definen las bases de participación para conformar una Comisión Estudiantil de Diálogos Participativos y se establece un plan de acción para implementar talleres convivenciales que capaciten a los estudiantes del bachillerato ICT en competencias dialógicas y participativas, esto debería conducir a la búsqueda conjunta de soluciones a diversas problemáticas, tanto de su entorno escolar como de su comunidad que impulsarán la práctica de la solidaridad y abonarán a la construcción de una cultura de paz, elementos de cambio y transformación social que, a su vez, solidifican los vínculos afectivos y de aprendizaje socioemocional entre ellos y el desarrollo de habilidades blandas, no cognitivas, como la empatía y la resolución de conflictos. 

La Rectoría y la Dirección General de Formación Ignaciana son las instancias del colegio vinculantes de este proyecto; con ellas se mantiene una red de comunicación y apoyo constantes para continuar con los avances. Otros participantes que se vinculan a esta acción socioeducativa, desde la etapa de diagnóstico hasta la implementación de resultados y evaluación, son el Departamento de Psicopedagogía del bachillerato, los docentes de orientación del 1er y 2do grado y los Asesores S.J., acompañantes del bachillerato.  

El ICT, como institución de la Compañía de Jesús, junto con todos sus colaboradores, tiene el deber de velar en todo momento por el desarrollo pleno de sus estudiantes y garantizar su bien-estar y su bien-ser dentro de un ambiente que favorezca el desarrollo de sus capacidades, cualidades y actitudes.  

Todos los participantes tienen la oportunidad y el derecho de ser informados en cualquier etapa del proyecto sobre cualquier aspecto que contemple o abarque este proyecto. Cualquier participante puede elegir retirar su consentimiento o suspender su participación en cualquier momento o fase. Su participación es siempre de carácter voluntario y su decisión de participación o no, en ningún modo, resultará en una sanción o repercusión de algún tipo. 

Sabemos que el ambiente de respeto y confianza, de convivencia y cuidado de nuestras alumnas y alumnos es elemento clave para su formación. Por tal motivo, los datos de análisis obtenidos como parte de esta investigación serán tratados con confidencialidad. Así pues, la identidad y seguridad de los participantes será cuidada bajo este compromiso ético y moral del colegio como institución responsable, tomando en cuenta las normas de anonimato profesional. Esto es, no se utilizará su nombre o cualquier otro material que indique su identidad en ninguna publicación que resulte de este estudio, sin su consentimiento. 

El fin último de este trabajo es el fortalecimiento del ámbito afectivo, convivencial y social de las y los estudiantes del ICT como parte de su compromiso con la formación integral de sus egresados.  

 

Lic. Martha Irene Quintanilla Ancira es directora de Bachillerato del Instituto Cultural Tampico, una institución de educación jesuita en Tamaulipas (México). 

 

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