Un decálogo para educar desde la ética del cuidado

07 enero 2024
Los seres humanos somos interdependientes y ecodependientes; para sobrevivir, necesitamos redes de cuidado (img.: iStock).

La cultura del cuidado es un componente básico de una educación para la ciudadanía activa, democrática y global. Tiene que ver con la ecología integral, con el cuidado de las personas y del planeta como formas de compensar nuestra fragilidad y la del sistema. Aprender a cuidar es aprender a hacer interacciones del tipo ganar-ganar en todos los niveles. Dependemos del cuidado de los otros. Por ello es necesario construir en cada alumno y cada alumna una ética del cuidado por uno mismo, por la humanidad y por la naturaleza.

El ser humano es un ser frágil que en momentos como el actual, de catástrofe mundial, se da cuenta de que necesita a los demás. Y al darse cuenta de que necesita a los demás, reconoce su fragilidad y reconoce, sobre todo, su interdependencia. Yo creo que la lógica individualista debería sustituirse por una relacional. No somos seres individualistas, somos seres relacionales, necesitamos a los demás en distintos momentos de nuestra vida, no podemos vivir sin los demás y, por tanto, nos debemos también a ellos. Esa debería ser la base de un cambio de paradigma. El cuidado también tiene que ser un objetivo político para introducir mayor bienestar en la sociedad, para hacer ver que una “sociedad cuidadora”, como se empieza a decir, es algo absolutamente fundamental en estos tiempos. Del reconocimiento del valor del cuidado como un valor no solo privado, sino también público, se derivan una serie de deberes. ¿Quién tiene que hacerse responsable de esa necesidad de cuidados? Esa es una pregunta ética. Y la respuesta es “todos”: las instituciones públicas, pero también los individuos, y no solo las mujeres, sino todos. Tiene que haber un reparto de responsabilidad en la dación de cuidados, en la dispensa de cuidados. El cuidado no es solo un deber ético, sino también un deber democrático. (Victoria Camps, catedrática emérita de Filosofía Moral y Política y autora de Tiempo de cuidados). 

 

Del individualismo a la red de cuidados mutuos

La ética del cuidado como paradigma social

Cuidarnos a nosotros mismos, cuidar de los demás, cuidar del resto de los seres vivos y cuidar del entorno son actitudes clave para asumir, de manera positiva, los siguientes casos:

A modo de decálogo

  1. Identificar la vulnerabilidad como elemento constitutivo, no como debilidad.
  2. Destacar la importancia del autocuidado físico y emocional, y fomentar la valoración del propio cuerpo más allá de los cánones de belleza.
  3. Hacer al alumnado consciente de la importancia del cuidado de los demás.
  4. Visibilizar la red de cuidados que hace posible nuestro día a día.
  5. Fomentar el uso responsable de la tecnología e invitar a ponerla tecnología al servicio del bien común.
  6. Ejemplificar el cuidado a través de la cultura clásica, la historia, el arte, etc.
  7. Promover el respeto y cuidado de los animales y del resto de los seres vivos.
  8. Dar a conocer los beneficios de una alimentación sostenible.
  9. Impulsar acciones en favor del cuidado del medioambiente.
  10. Utilizar con rigor en las clases y en las situaciones de aprendizaje los términos vulnerable, vulnerado y otros relacionados.