Un sencillo decálogo para educar contra las «fake news» y la manipulación informativa

12 marzo 2023

Cuando vives en una época en la que estás rodeado de información, puntos de vista diferentes, fuentes difíciles de investigar y verificar, falsas noticias y propaganda, la curación de contenidos pasa rápidamente de ser una tendencia de moda entre los vendedores de contenido a convertirse en una demanda necesaria para cualquier ser humano que esté interesado en aprender activamente, en comprender y querer hacer actividades que den sentido a su realidad actual. Los curadores de contenido actúan como “guías de confianza”, expertos que nos ayudan a manejar la abrumadora cantidad de información disponible, a la vez que nos facilitan su comprensión y el acceso a los temas, eventos y personas que más nos interesan. Buscamos y apreciamos la ayuda de un guía experto y de confianza que nos pueda proporcionar unos “prismáticos intelectuales”, ojos virtuales que pueden ver en ese tema más allá de lo que podemos hacer nosotros. Buscamos a alguien que no sea solo un experto en la materia, sino que también tenga pasión por analizar, investigar, hacer preguntas y verificar las cosas antes de sacar conclusiones o compartir consejos.

(Robin Good, autor independiente, editor y orador).

De la transmisión a la «curación» de contenidos

Orientar la selección de fuentes fiables

Contamos con más fuentes de información que antes y, al mismo tiempo, los contenidos que proceden de ellas son menos variados y fiables. Hoy día la selección de fuentes constituye una labor pedagógica fundamental debido a los siguientes factores:

  1. La infoxicación de noticias que abruma al receptor y dificulta que se informe bien.
  2. El fenómeno de la manipulación a través de las noticias falsas y la posverdad.
  3. El dinamismo de fenómenos que requieren paciencia para analizarlos con perspectiva.
  4. La puesta en valor de los intermediarios educativos como «curadores» de contenidos.

Diez pautas para educar en el rigor de la información

Es necesario que las actividades y recursos educativos contribuyan a dotar al alumnado de criterios para que fuera capaz de cribar las fuentes por sí mismo.

  1. Utilizar terminología actualrespetuosa y precisa en torno a cualquier concepto.
  2. Cuidar la selección de fuentes de textos, imágenes, vídeos y enlaces, y citarlas.
  3. Percibir el trasfondo de cualquier texto, imagen, vídeo o multimedia, y evitar su uso si transmite mensajes inadecuados, aunque sea de manera no intencionada.
  4. Valorar los avances a partir de datos contrastados, argumentar bien sus pros y sus contras y evitar una visión acrítica solo por vincularlos con una idea de progreso.
  5. Ofrecer al alumnado elementos de análisis crítico.
  6. Fomentar una cultura de comprensión profunda de hechos y procesos.
  7. Cuidar el respeto a la propiedad intelectual en los proyectos educativos y la creación de contenidos, tanto por parte del profesorado como del alumnado.

Y tres pautas más que propone el profesor Nuno Crato para desarrollar el sentido crítico:

  1. Preguntarse por las fuentes de información de los sitios de Internet para valorar su credibilidad. ¿Quién la presenta? ¿Un influencer de moda o una buena universidad?
  2. Buscar puntos de vista contradictorios, buscando el contraste.
  3. Relativizar las informaciones, cuestionarlas e insistir en la importancia de analizarlas en su contexto y de comparar sus versiones.

En resumen, tratar de que el alumnado a cuestione y construya por sí mismo los conceptos de la forma más sólida.