Algunos aspectos clave de las competencias socioemocionales
La LOMLOE es una oportunidad para modernizar nuestro sistema educativo y acercarlo a lo que la escuela representa y necesita. Uno de los elementos clave para que se cumpla esa labor transformadora es la incorporación de las competencias socioemocionales como objetivo de aprendizaje para todo nuestro alumnado.
Entre la comunidad educativa existe el consenso de que la educación emocional y las competencias vinculadas con las relaciones sociales deben ser objeto de trabajo y de aprendizaje en la escuela. Este conjunto de competencias socioemocionales no se asocia de forma exclusiva a un área o materia concreta, sino que debe desarrollarse desde la cultura del centro, las políticas y planes de la escuela, y las diferentes áreas y materias.
Cuando hablamos de competencias socioemocionales pensamos en cinco aspectos clave que deben orientar nuestro trabajo (CASEL, 2021).
- Autoconciencia. Se trata de la capacidad para identificar y valorar las propias emociones, pensamientos y valores, y conectarlos con nuestro comportamiento en diferentes contextos. Esta dimensión incluye elementos emocionales: la capacidad para sentir, aceptar y valorar nuestras emociones, así como para relacionarlas con nuestros pensamientos y nuestras acciones. La capacidad para descubrir nuestra identidad y apreciar quiénes somos con nuestra identidad sexual, de género, cultural y social. La capacidad para identificar nuestros gustos, motivaciones e intereses, abrirnos a la experiencia y experimentar autoconfianza.
- Autogestión. Hace referencia a la capacidad para manejar las emociones, pensamientos y comportamientos propios con eficacia en diferentes situaciones, y para lograr metas y aspiraciones. Esto incluye las capacidades para retrasar la gratificación, manejar el estrés y sentir motivación para lograr metas personales y colectivas.
- Conciencia social. Es la capacidad para entender las perspectivas o puntos de vista de personas con diversidad de identidades, culturas y contextos y empatizar con ellas, y valorar la riqueza que aporta esa diversidad. Esto incluye la capacidad para comprender a los demás, entender normas históricas y sociales que regulan el comportamiento en diferentes entornos, y reconocer los recursos y apoyos familiares, escolares y comunitarios.
- Habilidades de relación. Son las habilidades para establecer y mantener relaciones saludables y de apoyo, y para manejarse eficazmente en entornos con diversas personas y grupos. Esto incluye las capacidades para comunicarse claramente, escuchar activamente, cooperar, trabajar en colaboración para resolver problemas y negociar conflictos de manera constructiva, manejarse en entornos con diferentes demandas y oportunidades sociales y culturales, proporcionar liderazgo, y buscar y ofrecer ayuda cuando sea necesario.
- Toma de decisiones responsables. Es la capacidad para tomar decisiones cuidadosas y constructivas sobre el comportamiento personal y las interacciones sociales en diversas situaciones. Esto incluye las capacidades para considerar las normas éticas y las preocupaciones de seguridad, y para evaluar los beneficios y consecuencias de diversas acciones para el bienestar personal, social y colectivo.
Estamos ante una magnífica ocasión para repensar la cultura y las políticas de nuestros centros educativos desde la perspectiva de las competencias emocionales, incorporándolas a las decisiones del Plan de Atención a la diversidad, el Plan de Convivencia y el Plan de Acción tutorial, y a las programaciones de las asignaturas. Los nuevos currículos deberían aportar el marco que nos permita conectar nuestras escuelas con las necesidades de nuestra sociedad.
Para saber más
- CASEL (2021). The CASEL Guide to Schoolwide Social and Emotional Learning. Recuperado de este enlace el 15 de octubre de 2021.
- Vicente Abad, J. de (2021). Convivencia restaurativa. Madrid: SM.