¿Cómo transformar la educación bajo el impulso de los equipos docentes?

25 abril 2025
Si queremos mejorar la educación, habrá que cuidar las condiciones de trabajo del profesorado y promover el reconocimiento de la profesión (img.: iStock).

La UNESCO y la Fundación SM presentan, en versión castellana, el Informe mundial sobre la profesión docente. Afrontar la escasez de docentes y transformar la profesión, que tendrá carácter bienal. En el acto se presentó, asimismo, el Decálogo de condiciones para transformar la educación bajo el impulso de los equipos docentes, impulsado por la Fundación SM con la UNESCO y el Equipo Especial Internacional sobre Docentes para Educación 2030.

Las evidencias muestran que, de todas las variables de un sistema educativo, el factor intraescolar más importante es el grado de efectividad del profesorado en el aula. Y si asumimos que “ningún sistema educativo puede ser mejor que sus profesores”, como sostenía el Primer informe McKinsey sobre educación, de 2007, tendremos que deducir que la clave para transformar la educación es mejorar la selección, la formación permanente y las condiciones de trabajo del profesorado.

Estado de la profesión docente

La versión española del Informe mundial sobre la profesión docente. Afrontar la escasez de docentes y transformar la profesión se presentó los días 22 y 23 de abril en la Universidad Autónoma de Madrid y en la Universidad de Sevilla, respectivamente. El documento alerta sobre la escasez de docentes, especialmente en Secundaria, advierte del deterioro de las condiciones de trabajo y ofrece una hoja de ruta para mejorar la profesión y hacerla más atractiva.

Resumen visual del informe mundial, realizado por la ilustradora Esther Peces durante la presentación de Carlos Vargas en la Universidad Autónoma de Madrid.

Según el responsable del informe, Carlos Vargas, jefe de la Sección de Desarrollo Docente de la UNESCO y de la Secretaría del Equipo Especial Internacional sobre Docentes para Educación 2030 (abreviado TTF, por las siglas de International Task Force on Teachers for Education 2030), “los equipos docentes son la base de una educación de calidad y del progreso social. La escasez mundial de docentes no es solo una cuestión de números, sino un desafío sistémico y multidimensional que requiere de una respuesta política integral, coherente y coordinada”. Y añadió que “el Informe mundial analiza los retos y las oportunidades que implica la transformación de la docencia para hacer frente a esta escasez, al tiempo que subraya la necesidad de dignificar, diversificar y valorizar la profesión”.

Carlos Vargas, durante su presentación del Informe mundial sobre el profesorado en la facultad de Educación de la Universidad Autónoma de Madrid, el 22 de abril.

¿Cómo revertir esta situación?

El conocido informe de la Comisión de los Futuros de la Educación de la UNESCO apostaba por reenfocar la enseñanza “como una labor colaborativa en la que se reconozca la función de los docentes como productores de conocimiento y como figuras clave en la transformación educativa y social”. Por otro lado, la histórica Cumbre sobre la Transformación de la Educación de Naciones Unidas (TES por sus siglas en inglés), celebrada en septiembre de 2023, reconoció que el profesorado era la variable más influyente de un sistema educativo en lo que respecta a la consecución de resultados de aprendizaje y que, además, era esencial para transformar la educación, porque constituye el motor de todo cambio real en la escuela. Las conclusiones de los grupos de trabajo recomendaban cuidar del bienestar docente (carga de trabajo, corresponsabilidad, entorno e infraestructura de apoyo), mejorar sus condiciones de trabajo, reforzar su estatus profesional para que puedan transformar la educación desde dentro y usar las tecnologías para apoyar y aliviar su trabajo, en lugar de suponerle cargas adicionales. Pero, sobre todo, la cumbre TES insistía en que se debe ayudar a los equipos docentes a pasar de una cultura solitaria a una cultura de colaboración, de modo que la reflexión pedagógica, la investigación y la creación de conocimientos y nuevas prácticas pedagógicas formen parte central de la actividad docente.

El diagnóstico es claro: si queremos mejorar la educación, habrá que cuidar las condiciones de trabajo del profesorado y promover el reconocimiento de la profesión. Pero para avanzar en las anteriores recomendaciones es imprescindible escuchar la voz del profesorado y confiar en el saber experto de los equipos docentes.

En este sentido, la Fundación SM con el apoyo de la UNESCO y del TTF, ha impulsado la elaboración de un decálogo para la mejora de las condiciones en las que el profesorado ejerce su trabajo. El primer borrador corrió a cargo del Consejo del Observatorio de la Escuela en Iberoamérica, y posteriormente ha ido completándose a través de talleres con numerosos equipos de docentes de Iberoamérica. Pero sigue siendo un documento abierto, que se nutre de las aportaciones de la comunidad educativa.

Diez condiciones básicas

El Decálogo de condiciones para transformar la educación bajo el impulso de los equipos docentes pretende revalorizar la profesión docente y hacerla más atractiva., para lo que se propone tres grandes objetivos: (1) mejorar el bienestar docente; (2) avanzar en la transformación de la docencia como profesión colaborativa y (3) impulsar el desarrollo profesional docente.

En resumen, las diez condiciones básicas para mejorar la profesión y hacerla más atractiva son las siguientes:

  1. Cuidar el bienestar integral de las y los docentes.
  2. Mejorar las condiciones de trabajo del profesorado.
  3. Reforzar la atención tutorial y el acompañamiento psicopedagógico, trabajando en colaboración con la comunidad educativa.
  4. Crear una cultura colaborativa en las comunidades educativas y, en especial, en los equipos docentes, caracterizada por el apoyo y el desarrollo mutuo.
  5. Apoyar la autonomía y la libertad académica de los equipos docentes, dentro de un marco de corresponsabilidad y de una cultura orientada al desarrollo profesional y a la mejora del aprendizaje.
  6. Favorecer un clima adecuado para el desarrollo de los procesos de enseñanza-aprendizaje, en entornos educativos inclusivos, equitativos, seguros y saludables, donde se cuide el bienestar docente y del alumnado.
  7. Crear un modelo de desarrollo profesional que atraiga, forme y retenga a las y los mejores docentes.
  8. Cuidar que los salarios sean acordes con la responsabilidad que exige la labor educativa.
  9. Establecer políticas de equidad de género y de diversidad cultural.
  10. Favorecer un clima adecuado para el desarrollo de los procesos de enseñanza-aprendizaje, en entornos educativos inclusivos, equitativos, seguros y saludables, donde se cuide el bienestar docente y del alumnado.

Para seguir propiciando la conversación en torno a la mejora de estas condiciones, en la sesión de presentación del Informe mundial sobre el profesorado se abrió la oportunidad de debatir y mejorar el Decálogo, con el apoyo de una herramienta colaborativa que permitiera la participación de las personas conectadas conectados en remoto.

Nuevas aportaciones al Decálogo

A los asistentes (de forma presencial o a distancia) se les solicitaron ideas para mejorar el bienestar integral docente, avanzar en su cultura colaborativa e impulsar su desarrollo profesional.

Aunque las propuestas de los participantes fueron abiertas, hay conceptos que aparecen de forma reiterada o que presentan variaciones muy similares, lo que permite identificar algunas prioridades de forma orientativa, sin olvidar que la consulta carece de validez estadística. Al recorrer estas ideas que se repiten una y otra vez, emerge un mensaje claro: las y los docentes reclaman tiempo, formación en equipo y un entorno seguro y saludable que les permita dedicarse de lleno a la tarea de educar.

Resumimos a continuación las propuestas más coincidentes y reiteradas:

  • En el conjunto de las ideas aportadas, destaca especialmente la petición de reducir la burocracia y el papeleo. Y en paralelo, la exigencia de reducir las horas lectivas para liberar franjas horarias para la reflexión, la coordinación entre docentes y la planificación y evaluación, en lugar de encadenar clase tras clase sin un respiro.
  • Esa disponibilidad de espacios en el horario conecta con la necesidad de fomentar la colaboración, tanto entre docentes como con las familias. Los y las docentes reclaman más espacios de encuentro: reuniones de etapa más frecuentes y eficaces, creación de comunidades profesionales de aprendizaje y momentos de interacción que permitan planificar tutorías, coordinar proyectos y prácticas, o apoyarse mutuamente.
  • También se demandan espacios y recursos para mantener un diálogo más profesional con padres y madres. Las familias, de hecho, aparecen como un pilar fundamental, porque su implicación activa y constructiva podría aligerar la carga docente, reducir la conflictividad y reforzar los vínculos en la comunidad educativa.
  • La demanda de codocencia gana terreno: dos o más docentes que comparten aula y conocimientos, para enriquecer el proceso de enseñanza-aprendizaje y reducir el tradicional aislamiento profesional.
  • También aparece como necesidad destacada la formación del profesorado y, en especial, del equipo docente. No se trata tanto de cursos puntuales como de un aprendizaje continuo y en el contexto del centro, desde talleres prácticos a programas de mentorización que conecten a los docentes noveles con los veteranos.
  • Y una demanda que emerge como preocupación es la del compromiso con la salud mental y el autocuidado docente. Se pide acompañamiento psicológico y talleres de manejo del estrés. Tras el cuidado del bienestar docente aflora la realidad de la carga laboral. El profesorado es consciente de la responsabilidad que pesa sobre sus hombros, pero pide límites razonables: jornadas equilibradas, desconexión al acabar la clase y reconocimiento de su esfuerzo, para que la pasión por enseñar no se agote en trámites burocráticos ni en jornadas interminables.
  • Por último, otra demanda generalizada es de mayor autonomía en un trabajo docente más colegiado y de mayor confianza en el saber experto del equipo docente.

Diferencias por experiencia profesional

El perfil de los asistentes en las convocatorias de Madrid y Sevilla era visiblemente distinto: los trescientos asistentes a la presentación de Madrid eran mayoritariamente docentes, mientras que en Sevilla predominaban los y las estudiantes de Educación. Por ello, resulta interesante analizar los distintos matices entre los diez conceptos más repetidos, que se recogen en la siguiente tabla.

Tabla. Resumen de los diez conceptos más reiterados por el grupo A, en el que son mayoría docentes en ejercicio y el grupo B, en el que predominan estudiantes de Educación.

Ideas propuestas con mayor frecuencia en el Grupo A

Ideas propuestas con mayor frecuencia en el Grupo B

  1. Reducción de horas lectivas.
  2. Menos burocracia.
  3. Mejora de la colaboración docente.
  4. Reducción de la ratio alumno/profesor (menos alumnos por aula).
  5. Mejora salarial.
  6. Mayor autonomía docente.
  7. Colaboración con familias.
  8. Tiempo para la coordinación de los equipos docentes.
  9. Codocencia.
  10. Mejora de la carrera profesional docente.
  1. Formación continua de los equipos.
  2. Espacios y tiempos de coordinación, colaboración y reflexión entre docentes.
  3. Mejora de la colaboración con las familias.
  4. Reducción de burocracia y papeleo.
  5. Recursos (materiales y digitales).
  6. Apoyo emocional y psicológico.
  7. Cuidado de la salud mental del profesorado.
  8. Trabajo en equipo / codocencia.
  9. Talleres de autocuidado.
  10. Reducción del n.º de alumnos por aula.

Se aprecian, lógicamente, muchas coincidencias entre ambos grupos, pero también algunos matices diferenciales. En el grupo A, con mayoría de docentes en ejercicio, destacan las demandas de reducción de horarios, de burocracia y de mejora salarial y de autonomía, mientras que en el grupo B, con mayoría de estudiantes, destaca la demanda formativa, los espacios de coordinación y la preocupación por el cuidado de la salud mental.

Volvemos a recordar que se trata de un sondeo sin ninguna validez estadística, pero permite identificar algunas necesidades y aspiraciones del profesorado, que habría que profundizar en estudios posteriores.