La centralidad del profesorado en la transformación digital de la escuela

¿Cómo asegurar que la llegada de tecnologías disruptivas, como la IA generativa, mejora las oportunidades de aprendizaje sin dejar a nadie atrás? Un informe reciente de la UNESCO aboga por un enfoque basado en los derechos humanos y centrado en las personas, y sostiene que el papel del profesorado es central para la transformación digital de la educación.
En un horizonte educativo marcado por la rápida integración de tecnologías digitales y aplicaciones de inteligencia artificial (IA), el profesorado debe mantenerse, más que nunca, como el protagonista insustituible del proceso educativo. Para ello, se requiere autonomía y unas condiciones institucionales que le permitan tomar decisiones críticas para integrar las tecnologías en su labor pedagógica, aprovechar sus beneficios prácticos y mitigar sus riesgos éticos, sociales y técnicos.
El informe AI and education: Protecting the rights of learners sostiene que las tecnologías digitales pueden complementar la educación, siempre que se integren en el marco de una enseñanza presencial y bajo el control del equipo docente.
De hecho, las evidencias muestran una fuerte correlación entre la calidad de la formación y la capacidad del profesorado para integrar dichas tecnologías en el aula. Por ello, la formación y el apoyo a los docentes son condiciones necesarias para una integración efectiva y responsable de herramientas digitales y de inteligencia artificial (IA) en los procesos educativos.
Los cursos de formación aislados se han revelado poco eficaces. Por ello, el informe recomienda un enfoque integral y sistémico, que evite tratar las habilidades digitales como unidades aisladas y que las incorpore en los programas de formación de forma coherente. Por ello, la formación docente debe:
- Ser sistemática -no puntual- y abarcar tanto la formación inicial y la continua.
- Incluir competencias pedagógicas y éticas, además de las habilidades técnicas.
- Favorecer la reflexión docente sobre las interacciones entre tecnología, pedagogía y contenido curricular.
Por otro lado, para ser eficaz, la formación debe tener una orientación práctica, con procesos de inducción, prácticas supervisadas en centros, acompañamiento por parte de profesorado experimentado y espacios de colaboración profesional (comunidades profesionales de aprendizaje). Además, las iniciativas de formación deben ofrecer oportunidades de actualización continua que permitan a los y las docentes adaptarse a la rápida evolución tecnológica y a las necesidades específicas del alumnado.
Oportunidades y límites de la IA
Por la vía de los hechos, la IA ya está integrada, mejor o peor, en la actividad docente. Entre otras muchas posibilidades, permite automatizar tareas rutinarias (corrección, evaluación, labores administrativas…), ayudar en la preparación de las clases, generar o adaptar recursos didácticos, ofrecer retroalimentación en tiempo real y facilitar el ajuste y la diferenciación del aprendizaje en aulas numerosas.
El informe cita varios estudios que demuestran que, con guías estructuradas, las herramientas basadas en IA pueden reducir el tiempo de planificación docente sin degradar la calidad de las lecciones. Sin embargo, el informe advierte sobre los efectos negativos de modelos instruccionales rígidos, como los currículos guionados (“scripted curricula”), que estandarizan la enseñanza y reducen la capacidad de adaptación del docente a las necesidades del alumnado. Estos modelos pueden limitar la aportación de valor del profesorado y reducir la calidad pedagógica. Para evitarlo, las políticas y las prácticas deben proteger y promover la autonomía profesional del profesorado.
Pero no podemos delegar las decisiones docentes en la IA. El informe recuerda que la IA no posee cualidades humanas —empatía, comprensión contextual, capacidad para inspirar y mentorizar—, por lo que no puede sustituir al docente. Por ello, su recomendación es enmarcar la IA como un amplificador de la labor docente, liberando tiempo de tareas más rutinarias para actividades creativas, interpersonales y orientadas a la educación en valores.
Ante la falta de marcos o programas de formación específicos para docentes en materia de IA, la estrategia recomendada es implicar al profesorado, el alumnado, las familias y las comunidades en la definición de cómo la IA debería reconfigurar las prácticas educativas.
Otras recomendaciones
La infraestructura y el soporte técnico también son condiciones imprescindibles para que la formación docente dé frutos. Los principales obstáculos identificados son:
- Conectividad a Internet inestable o insuficiente.
- Equipamiento obsoleto o insuficiente.
- Falta de soporte técnico continuo para resolver incidencias.
Las encuestas internacionales citadas por el informe revelan que una proporción importante de docentes considera que la falta de acceso online afectó negativamente la calidad educativa, especialmente en países de ingresos bajos y medios. Por tanto, invertir en infraestructura y en soporte técnico es tan necesario como invertir en formación.
En resumen, para garantizar una integración equilibrada y eficaz de las tecnologías digitales en la escuela, el informe propone políticas integrales que incluyan:
- Formación sistémica del profesorado que combine competencias técnicas, pedagógicas y éticas.
- Inclusión de prácticas supervisadas, mentoría y comunidades profesionales en la formación inicial y continua.
- Desarrollo de marcos y programas específicos sobre IA dirigidos a docentes.
- Protección de la autonomía docente frente a modelos curriculares excesivamente rígidos.
- Inversión en infraestructura digital y en soporte técnico permanente.
- Participación de la comunidad educativa (docentes, alumnado y familias) en el diseño de políticas sobre IA y tecnología educativa.
En definitiva, el impacto educativo de las tecnologías —y de la IA en particular—dependerá de la formación, la autonomía profesional, la infraestructura y el marco institucional que las acompañe. La combinación de estas medidas, junto con la protección de la función docente, permitiría aprovechar la tecnología sin relegar la dimensión humana, que es el núcleo del proceso educativo.
Referencias
- UNESCO (2025). AI and education: Protecting the rights of learners. DOI: https://doi.org/10.54675/ROQH4287
- UNESCO (2025). Marco de competencias para docentes en materia de IA. DOI: https://doi.org/10.54675/AQKZ9414