Panorama de la Educación 2025: entre “progresa adecuadamente” y “necesita mejorar”

La OCDE publicó, el martes día 9, el informe Education at a Glance 2025, seguramente la fuente más completa y fiable sobre el estado de la educación a escala mundial. La edición de este año se centra especialmente en la educación superior, y analiza las tasas de finalización de estudios, las variaciones en los resultados laborales por campo de estudio, las tasas de finalización y las competencias de los adultos con titulaciones superiores. Para el resto de las etapas educativas, el informe también presenta datos exhaustivos sobre la estructura, la financiación y el rendimiento de los sistemas educativos en los países de la OCDE y sus economías asociadas.
El informe Education at a Glance 2025 pone de manifiesto los avances –“progresa adecuadamente”- y los desafíos –“necesita mejorar”- de los sistemas educativos de la OCDE. Por un lado, se constata una mejora en los niveles educativos medios y una reducción de la proporción de jóvenes sin titulación de secundaria superior (bachillerato y ciclos superiores de FP), pero, al mismo tiempo, persisten desigualdades intergeneracionales, brechas sociales y retos en competencias básicas, finalización y financiación.
A continuación, se sintetizan en diez puntos los resultados más relevantes, para facilitar una primera lectura que invite a una posterior profundización en el informe.
- El ascensor social educativo no acaba de funcionar. En todos los países con datos disponibles, los adultos jóvenes (25–34 años) con progenitores universitarios tienen una probabilidad mucho mayor de titularse en la universidad. En España, el 75 % de los jóvenes con al menos un progenitor con estudios universitarios ha obtenido a su vez un título universitario, frente al 30 % entre quienes provienen de familias cuyos padres no completaron la educación secundaria superior. La brecha de 45 puntos porcentuales se sitúa muy próxima a la media de la OCDE (44 puntos), lo que muestra la persistencia de la reproducción social en el acceso a la educación superior.
- Se aprecia una mejoría en los niveles educativos medios. A nivel agregado, la proporción de adultos jóvenes de 25–34 años sin titulación de secundaria superior ha disminuido en la OCDE hasta un promedio del 13 %. España sigue esa tendencia: la proporción de adultos jóvenes sin secundaria superior descendió del 30 % en 2019 al 24 % en 2024. Paralelamente, la participación en estudios de máster o equivalente muestra variaciones entre países; en 2024 la media de la OCDE fue del 16 % y España alcanzó el 18 % (ligera subida desde el 17 % en 2019).
- El nivel educativo sigue vinculándose con mejores resultados laborales. En la OCDE, la tasa de desempleo entre adultos jóvenes (25–34 años) sin cualificación de secundaria superior es del 12,9 %, frente al 6,9 % de quienes alcanzan la secundaria superior y al 4,9 % de quienes tienen educación terciaria. En España este patrón se reproduce a niveles más altos: 21,1 % de desempleo entre jóvenes sin secundaria superior, 13,7 % para quienes alcanzan secundaria superior (bachillerato y ciclos superiores), y 9,3 % entre quienes poseen educación terciaria (grado universitario). Además, la remuneración media aumenta con el nivel educativo: en la OCDE los trabajadores sin secundaria superior ganan un 17 % menos que quienes sí la completan; los trabajadores con educación terciaria ganan, de media, un 54 % más. En España la brecha entre quienes tienen y no tienen secundaria superior es similar a la OCDE (18 %), y la brecha entre secundaria superior y terciaria es algo inferior a la media OCDE (49 %).
- Persisten los niveles bajos de alfabetización entre adultos. La encuesta PIAAC, que mide las competencias de los adultos, muestra que un porcentaje significativo de adultos presenta un bajo nivel de alfabetización, igual o inferior al Nivel 1 (en una escala de 0 a 5). Las personas en este nivel solo pueden comprender textos muy breves con mínima información que las distraiga. En España, el 32 % de las personas de entre 25 y 64 años tiene un nivel de alfabetización igual o inferior al 1, cifra superior a la media de la OCDE del 27 %. La relación entre nivel educativo y competencia lectora es clara: en España los adultos con educación superior obtienen, de media, 27 puntos más en lectura que quienes tienen secundaria superior o postsecundaria no terciaria (la media de la OCDE es de 34 puntos). También existe una correlación entre el nivel de competencias y la participación en procesos formativos. En España, el 73 % de los adultos (25–64 años) con altos niveles de lectura (Nivel 4 o superior) participaron en educación o formación formal o no formal en el último año, frente al 26 % entre quienes tienen niveles bajos.
- Se necesita adecuar la oferta educativa a la demografía. Los sistemas deben ajustar oferta y recursos a las variaciones demográficas. Entre 2013 y 2023 España experimentó una caída del 25 % en el número de niños de 0 a 4 años; sin embargo, las proyecciones indican un aumento del 10 % entre 2023 y 2033. Estos movimientos requieren una planificación ágil para ampliar o reducir plazas, docentes y materiales en función de la demanda esperada.
- Carreras elegidas y tasas de finalización y abandono. Las dos áreas más populares en la OCDE son STEM (23 %) y administración/negocios/derecho (también 23 %); en España STEM y administración tienen el 20 % cada una, mientras que artes y humanidades, ciencias sociales y similares suman el 25 % de graduados. Las tasas de finalización varían por área: en la OCDE, el 58 % de los estudiantes STEM finaliza en el mismo campo dentro de los tres años posteriores; en España la tasa STEM es del 60 %, mientras que salud y bienestar alcanzan el 82 %. El abandono tras el primer año en España es inferior a la media OCDE: 8 % frente al 13 %, lo que sugiere que el ajuste inicial y la orientación previa pueden estar menos desalineados que en otros contextos. Las tasas de finalización dentro de la duración teórica se mantienen bajas. En España, el 40 % de los nuevos estudiantes de grado finaliza dentro del plazo previsto (43 % de media OCDE); un año después la tasa en España sube al 59 % y a los tres años al 73 %.
- Las mujeres son más exitosas en los estudios universitarios. En todos los países, las mujeres que inician programas de grado tienen más probabilidades que sus compañeros hombres de completar con éxito sus estudios terciarios en los tres años posteriores a la finalización teórica del programa. En España, la brecha de género es de 15 puntos porcentuales (80 % para las mujeres frente al 65 % para los hombres), superior a la media OCDE (12 %).
- Necesidad de mejorar el atractivo de la profesión docente. Atraer a docentes que inician una segunda carrera puede contribuir a paliar la escasez de docentes, a la vez que permite incorporar a la profesión a personas con una experiencia más amplia. Para respaldar esta iniciativa, 16 de los 28 países con datos disponibles ofrecen itinerarios alternativos específicos para la docencia a quienes cambian de carrera. En cambio, España no dispone de itinerarios específicos para este colectivo.
- Organización escolar. La cantidad de horas de instrucción obligatoria influye en el número de docentes necesarios, junto con otros factores como el tamaño de las clases y la jornada docente. En España, las horas obligatorias de instrucción anuales son 789 horas en primaria (ligeramente por debajo de la media OCDE de 804) y 1 053 horas en secundaria inferior (por encima de la media de 909). Las vacaciones escolares suman 13,8 semanas al año en primaria (13,5 en la OCDE). El 41 % del tiempo de instrucción en primaria se dedica a matemáticas y lengua en España (el mismo porcentaje que en la OCDE), y el tamaño medio de las clases de primaria en España es de 21 alumnos (20,6 en la OCDE).
- El gasto público en educación superior está por debajo del de la OCDE. El gasto público por estudiante de educación superior en España es de 11 741 USD, muy por debajo de la media OCDE de 15 102 USD. En el resto de las etapas, España destina 10 924 USD por estudiante desde primaria hasta postsecundaria no terciaria (valor intermedio en el rango OCDE). Medido como porcentaje del PIB, España invierte el 4,5 % (frente a la media OCDE del 4,7 %). En educación infantil, el gasto público en España aumentó un 6,4 % entre 2015 y 2022, a pesar de una disminución del 15 % en el número de niños matriculados.
En síntesis, para mejorar la igualdad efectiva de oportunidades el informe recomienda intervenir en varios ámbitos: políticas que reduzcan la reproducción intergeneracional, medidas para elevar competencias básicas y alfabetización de adultos, estrategias que mejoren la retención y la finalización universitaria, especialmente en campos de alta demanda, inversión sostenida en servicios y en infraestructuras educativas, y una atención explícita a la formación docente y a la organización escolar en función de las tendencias demográficas.
Referencia
- OECD (2025), Education at a Glance 2025: OECD Indicators. París: OECD Publishing, https://doi.org/10.1787/1c0d9c79-en.