Dos aprendizajes básicos imprescindibles en educación primaria 

06 marzo 2023
El currículo es una herramienta más para alcanzar los fines educativos, y no debe convertirse en un fin en sí mismo (img.: iStock).

La lectura comprensiva y las habilidades de pensamiento son aprendizajes básicos para el alumnado de primaria, que ofrecen una base firme sobre la que progresar, en los años posteriores, en todas las competencias clave. 

En la educación primaria existen, a mi modo de ver, dos elementos esenciales que el alumnado debe aprender. Ambos están reflejados en parte o totalmente en las competencias clave recogidas en la Recomendación del Consejo de la Unión Europea del 22 de mayo de 2018, relativa a las competencias clave para el aprendizaje permanente. Entendemos que sin estos aprendizajes básicos el alumnado no podría continuar con solvencia su formación en la educación secundaria obligatoria. Además, con su desarrollo en la educación primaria, conseguiríamos una base firme sobre la que progresar, en los años posteriores, en todas las competencias clave. 

Los dos aprendizajes esenciales que se deben asegurar en nuestro alumnado de primaria son: 

  • La lectura comprensiva, que significa saber leer porque se entiende lo que se está leyendo. Es el camino principal para seguir formándose, e imprescindible en la gestión de los aprendizajes de las etapas educativas posteriores. También es el fundamento de una buena comunicación.
  • Las habilidades de pensamiento, que nos permiten acciones de manejo, organización y procesamiento de la información, aspectos primordiales en el mundo actual. También nos posibilitan relacionar de forma eficaz todo aquello que percibimos y conectarlo con la memoria, para concebir soluciones a las distintas problemáticas que el entorno nos plantea. En definitiva, enseñar al alumnado a reflexionar para organizarse, prever las acciones necesarias y después actuar.

Estos aspectos deberían estar engarzados con las competencias clave, y también con las competencias específicas de las áreas. Se requiere hacer hincapié en estas capacidades para que los alumnos y las alumnas puedan utilizar lo que aprenden, afrontando los retos que se les plantean en los distintos entornos cotidianos por los que transitan.   

Además, añadiremos que, de manera más general, el currículo debe tener tres características para hacer posible su aplicación con éxito en los centros educativos: 

  • Flexible, para adaptarse a los diferentes tipos de escuela que existen en nuestro país.
  • Orientativo, para que sea dinámico y permita la reflexión a los profesionales educativos.
  • Escueto, con pocos, y el foco puesto en las competencias clave y las competencias específicas de las áreas curriculares.

Entonces podríamos hablar de contenidos fundamentales y desterrar las listas kilométricas de los anteriores currículos, que se han revelado inútiles, si queremos que los aprendizajes del alumnado sean más complejos, incluyendo la comprensión y la actuación, ambas influidas por conocimientos, valores, actitudes y emociones. 

En resumen, necesitamos un currículo competencial que dirija la curiosidad de nuestro alumnado hacia la satisfacción por aprender de los demás y con los demás; que eduque para la vida como una herramienta más para alcanzar los fines educativos, y que no se convierta en un fin en sí mismo (Majó, 2010). 

  

Referencias 

  •  Coll, C. y Martín, E. (2021). “La LOMLOE, una oportunidad para la modernización curricular”. Avances en supervisión educativa, 35.  https://doi.org/10.23824/ase.v0i35.731. 
  •  Majó, F. (2010). Què significa un currículum al servei dels aprenentatges de l’alumnat i gestionat democràticament? Guix, 370, 15-17.