El currículo de Lengua y Literatura: “Leer el mundo y la palabra”

13 marzo 2023
Aprender Lengua y Literatura necesita tiempo, reflexión, trabajo en equipo, recursos... Pero puede ser apasionante (img.: iStock).

Hace muchos años, en una memorable conferencia, Paulo Freire definió la alfabetización como la capacidad de leer el mundo y la palabra, y señaló que leer el mundo implicaba “cierta forma de escribirlo o de rescribirlo, es decir, de transformarlo a través de nuestra práctica consciente”. Hoy, cuando sabemos de la complejidad creciente de la alfabetización en la era digital, estas palabras mantienen todo el sentido y son el principal reto al que ha de dar respuesta este nuevo currículo. 

Existe un gran consenso, nacional e internacional, en que el currículo de Lengua Castellana y Literatura, y el de las lenguas cooficiales, ha de orientarse a que todo el alumnado sea capaz de actuar, utilizando el lenguaje, en los distintos ámbitos de la actividad social (personal, público, profesional y educativo). 

Sin embargo, el currículo hoy ha de añadir un elemento esencial: el desarrollo de la comunicación lingüística ha de vincularse con los grandes desafíos a los que nuestro mundo se enfrenta, desde lo local a lo global, para que los estudiantes vayan perfilando un proyecto de vida. 

No basta pues con desarrollar la competencia en comunicación lingüística; hay que propiciar que ese desarrollo implique acción, suponga “actuar para”. Y este es un cambio significativo en el nuevo marco curricular. 

Felipe Zayas solía decir: “Les enseñamos cómo son los textos, pero no a actuar con ellos”. Convertir el conocimiento en acción. Ese es el reto de todos los currículos, y el de este de forma singular. Desarrollar las competencias de Lengua y Literatura ha de implicar dotar a nuestro alumnado de la herramienta más potente para pensar, en todas las áreas y materias, y muy especialmente en la de Lengua y Literatura. 

Desde mi punto de vista, el núcleo esencial de este currículo son las situaciones de aprendizaje, porque introducen los contenidos en la medida en que son necesarios para que dar respuesta a una pregunta, reto o problema, nos haga más sabios y mejores personas. 

El nuevo currículo debería favorecer que cualquier situación de aprendizaje en Lengua contestara al menos a estas cuestiones: ¿Qué vamos a comunicar y para qué? ¿A quién nos dirigimos? ¿Con qué formato (género textual) y uso de la lengua (registro)? ¿Cómo vamos a presentarlo y a defenderlo? Es en la respuesta, individual y colaborativa, a estas preguntas donde cobran sentido los contenidos lingüísticos; donde escribir se convierte en un elemento esencial de formalización del pensamiento; donde presentar y argumentar da sentido y funcionalidad a los aprendizajes. 

Ojalá este currículo, y las acciones que se desarrollen para su puesta en marcha, focalice en lo relevante: aprender necesita tiempo, reflexión, trabajo en equipo, recursos. Ojalá el marco curricular ayude a los equipos educativos a crear situaciones de aprendizaje conectadas con las experiencias de su alumnado, en las que todos, todos, puedan sentir la emoción de aprender y de contribuir a construir un mundo mejor. 

Aprender Lengua y Literatura puede ser apasionante. 

  

Referencias 

  • Freire, P. (1981). La importancia del acto de leer. Disponible en este enlace. 
  • Pérez Esteve, P. (2021). Situaciones de aprendizaje. Aprender con sentido: proyectos, dilemas, retos. Disponible en este enlace
  • Zayas, F. (2022): Darle a la lengua. Claves para la enseñanza de la lectura y de la escritura. COedCO. Colección Leer_Escribir_01.