Orientaciones para una educación financiera con enfoque humanista

25 noviembre 2025
Educar para un consumo responsable y trabajar sobre iniciativas de comercio justo pueden ayudar a capacitar al alumnado para contribuir al bien común (img.: iStock).

La educación financiera comprende un conjunto de conocimientos que ayudan a entender cómo funciona el dinero en todos los niveles (país, familia e individuo), para poder realizar una gestión correcta de las finanzas personales y tener una buena calidad de vida.

Varios organismos internacionales, como la OCDE, han recomendado enseñar educación financiera en los colegios como parte del currículo, tomando en consideración el tiempo que requiere generar hábitos responsables y duraderos en las personas.

Teniendo en cuenta que la educación financiera debe ser practicada a través de hábitos, se recomienda introducir estos temas desde una edad temprana (5 o 6 años). Por otra parte, es esencial que se aborden de manera natural y en la cotidianidad, inculcando en los niños el valor del dinero y enseñándoles que su obtención requiere esfuerzo.

Educación financiera e inclusión social

La educación financiera es clave para impulsar la inclusión social, que a su vez reduce la pobreza e impulsa la prosperidad. Ya no podemos abordar la economía disociada de la inclusión y la vulnerabilidad. En nuestros enfoques educativos debemos humanizar la economía para crear una sociedad que ofrezca opciones de crecimiento a toda persona.

De ahí que se deba vincular la educación financiera con la participación ciudadana, ya que posibilita el entendimiento de conceptos que van más allá de la gestión de los recursos financieros personales, que tienen un componente de justicia social y, por tanto, capacitan para el ejercicio de una ciudadanía responsable y solidaria con los más vulnerables. Por eso el planteamiento de la educación financiera que proponemos busca capacitar al alumnado para contribuir al bien común. 

Algunas pautas

1. Enseñar a razonar y reflexionar antes de comprar

  • Presentar acciones de consumo basadas en elecciones razonadas que nos identifican como ciudadanos conscientes en vez de solo como consumidores impulsivos.
  • Cuestionar y analizar críticamente los impactos publicitarios y las ofertas, que invitan a la compra por impulso y al consumismo.

 2. Plantear la diferencia entre consumo responsable y consumismo

  • Hacer hincapié en la importancia de ejercer un consumo responsable, centrado en la necesidad, y evitar reacciones consumistas basadas en la adquisición innecesaria de productos.
  • Reflexionar sobre la dependencia de las marcas que eleva el nivel de gasto sin que haya un aumento de la calidad evidente y que, en ocasiones, sitúa a las personas con bajos ingresos en riesgo económico.
  • Fomentar hábitos de consumo responsable y mostrar su correlación con el desarrollo humano sostenible.

3. Establecer la relación entre consumo de alimentos, salud y sostenibilidad

  • Fomentar el consumo de productos alimenticios beneficiosos para la salud y evitar ejemplos de consumo de alimentos perjudiciales, como aquellos que contienen un exceso de azúcares, grasas saturadas o sustancias adictivas.
  • Evitar el despilfarro de alimentos.
  • Presentar opciones de alimentación sostenible.

 4. Hacer visibles las inequidades

  • Dar espacio en los contenidos educativos a la existencia de situaciones de inequidad que afectan a colectivos como las personas migrantes, refugiadas, desempleadas, desahuciadas, con el fin de que el alumnado sea consciente de las desigualdades que existen en su entorno cercano y en el mundo.  
  • Exponer la relación dialéctica conflictiva que existe entre el enriquecimiento desaforado de una minoría y el empobrecimiento de grandes mayorías. 

 5. Dar a conocer el comercio justo

  • Explicar el trasfondo de justicia social que existe tras las iniciativas de comercio justo.

 6. Proponer aportaciones de apoyo a personas vulnerables

  • Relacionar la capacidad de ahorro con la concienciación social hacia colectivos y personas vulnerables mediante la aportación económica a proyectos dedicados a mejorar su calidad de vida y su bienestar.

 7. Mostrar ejemplos de uso consciente y colectivo del dinero

  • Presentar opciones de ahorro relacionadas con las finanzas éticas, en las que el dinero depositado en un banco contribuye a la financiación de proyectos sociales.

8. Valorar las experiencias de intercambio de saberes fuera de contextos mercantiles 

  • Presentar ejemplos que pongan de relieve la importancia de compartir conocimiento de forma altruista. 

9. Reformular el concepto de países pobres y países ricos, desarrollados o emergentes

  • Argumentar que el crecimiento económico de un país no siempre va de la mano del estado de bienestar de las personas que viven en él. Si un país es muy rico, pero cuenta con importantes bolsas de pobreza y colectivos marginados, no podemos simplificar la situación hablando de su riqueza. 
  • Dar relevancia al concepto de equidad como propósito al que debería tender toda sociedad. 

 10. Manejar los conceptos IDH, IDHD y bolsas de pobreza 

  • Presentar el concepto del Índice de Desarrollo Humano (IDH), que muestra el desarrollo humano real y el Índice de Desarrollo Humano ajustado a la Desigualdad (IDHD), que representa el potencial que podría alcanzarse si no existieran desigualdades.  
  • Presentar también el concepto de bolsas de pobreza o zonas de marginación, que podemos encontrar incluso en las ciudades aparentemente más prósperas y nos permite comprender hasta qué punto resulta impreciso clasificar las urbes o los países en desarrollados, en desarrollo y no desarrollados.

 11. Presentar la existencia de movimientos económicos alternativos

  • Dar a conocer, cuando el contexto sea adecuado, alternativas económicas, como la teoría del decrecimiento, defendida por Serge Latouche, que propugna reducir la producción y equilibrar la relación entre los seres humanos y la naturaleza; el impuesto mundial sobre la riqueza, propuesto por Thomas Piketty; la economía del bien común, modelo económico planteado por Christian Felber, que ofrece un reparto más equitativo de la riqueza en el mundo; el modelo económico de Kate Raworth, que se centra en el desarrollo humano sostenible; o la economía circular, cuyo objetivo es reducir al mínimo la generación de residuos.

12. Potenciar la participación ciudadana orientada a la equidad

  • Hacer visibles movimientos ciudadanos que modifican positivamente la sociedad desde una perspectiva de equidad y solidaridad, y explicar que cualquier persona puede participar.