Puentes entre la pedagogía y la educación popular

27 octubre 2025
Percusionistas tocando el atabaque, un instrumento fabricado con madera de jacaranda (palo de rosa) y utilizado para llevar el ritmo en los rituales afrobrasileños (img.: iStock).

La educación popular se ve favorecida, de manera más directa que la educación formal, por la creatividad y las perspectivas culturales comunes a la vida cotidiana de las personas, y puede superar las limitaciones de los cánones de la educación formal en términos de método y currículo. Por ello, la autora sostiene que, en el ámbito de la realidad brasileña, la autoría pedagógica es una forma apropiada de crear métodos para organizar y mediar los procesos educativos.

Las dudas también iluminan. Desde que aprendí que puedo firmar mis palabras, me he inclinado ante las dudas, agradecida por los puentes que estas me permiten ver. La poesía de Manoel de Barros (1916-2014) siembra luz sobre las cosas esenciales para la humanidad, que él denomina como “desimportantes”. Una duda, por pequeña que parezca, aún siembra, con grandeza, una luz sobre lo que queda en la autoría pedagógica y en la educación popular cuando educadores-aprendientes atraviesan las fronteras entre ellas.

De otra orilla, Emicida canta: “vivir es partir, volver y repartir” (1). Por fomentar reflexiones sobre la urgencia de educarnos colectivamente a través de prácticas sociales cotidianas del presente, cuyas referencias están en el pasado, “esperanzando” (Freire, 1921-1997), para que tengamos condiciones de futuro, la canción se convierte en un ejemplo de autoría pedagógica con acceso abierto a la Educación Popular y viceversa, ya que existen puentes entre ellas o, al menos, posibilidades de crearlos.

En este diálogo, la autoría pedagógica debe entenderse, en el ámbito de la realidad brasileña, como una forma apropiada de crear métodos para organizar y mediar los procesos educativos. De esta manera, es atravesada por la identidad del educador, el contexto y la forma en que los sujetos interactúan con el entorno y entre sí en el contexto educativo, ya sea popular o formal. La educación popular se lleva a cabo a través de organizaciones curriculares tejidas a partir de la realidad y para intervenir en ella, con formas más flexibles que la educación formal. Por lo tanto, la educación popular se ve favorecida de manera más directa por la creatividad y las perspectivas culturales comunes a la vida cotidiana de las personas, y puede extrapolar las limitaciones de los cánones de la educación formal en términos de método y currículo. La contribución de la educación popular a la educación formal y en el sentido de una “dialogicidad” que conduzca a una reflexión crítica sobre el hecho de que la educación popular propicia la autoría pedagógica, de modo orgánico, puede fomentar reflexiones sobre la praxis también en el contexto de la educación formal.

La educación popular atraviesa y es atravesada por la autoría artística que, al tener potencial para la educabilidad, se convierte en pedagógica. Esta educación popular, legitimada en las interacciones, se nutre de saberes y culturas diversas, impulsada por cuerpos también diversos. Es una educación que empodera a la clase trabajadora a través de procesos transformadores.

En este sentido, Conceição Paludo (2011, p. 284) arroja luz sobre el hecho de que la educación popular es una opción política de “hacer con” y esto da significado a una forma de resistencia y combate a la opresión, exigiendo lo que ella define como “un pie en la escuela y un pie en la sociedad”, dado que aún no se ha consolidado en la escuela formal la vinculación de la educación con la vida, debido a la lógica del capital.

Así, Paludo (2011) también inspira la reflexión sobre la necesidad de que se reconozca, en todos los espacios, la relevancia social del movimiento del pueblo en busca de sus derechos como formador, además de los derechos a la formación. La organización popular y la lucha por derechos tienen por esencia el compromiso en la transformación de la sociedad, a través de las travesías entre la escuela y los espacios no formales de educación.

En el Informe mundial sobre el personal docente: afrontar la escasez de docentes y transformar la profesión (UNESCO, 2025, p. 69-70) se incluyen datos del Programme for International Student Assessment, OECD – PISA 2015 que indican la tendencia a un porcentaje más elevado de matrículas de jóvenes de países latinoamericanos en cursos de formación de profesores.

Esto despierta dudas. En consecuencia, puede abrir otros diálogos. ¿No sería este un indicador del esfuerzo popular para legitimar la intervención del pueblo en la educación formal, como formador? En caso positivo, ¿eso afectaría la relación entre la forma escolar y las realidades populares? ¿La educación popular sería reconocida formalmente como “iluminura” para la educación formal a partir de la actuación de estos formadores de origen popular? En caso negativo, ¿por qué no?

Las comunidades y organizaciones articuladas con movimientos sociales debaten y practican la educación popular, contando con diferentes actores. Los asistentes sociales y educadores populares tienen una función estructurante en las dinámicas de movilización y atención a las demandas de la población, en sus diferentes agrupamientos y modos de organización.

Tales profesionales trabajan junto a la población y las instituciones de regulación y fomento para garantizar la justicia social en la recepción y en las prácticas sociales de atención. En actuación integrada, buscan garantizar el acceso a las políticas públicas y al desarrollo de procesos educativos de carácter emancipador. Estos procesos pueden organizarse en ciclos de diferentes duraciones, en diversas dinámicas, según las condiciones contextuales, con un enfoque en la mejora de las condiciones para el ejercicio autónomo de la ciudadanía.

Por lo tanto, son profesionales comprometidos con la transformación de la realidad comunitaria. Ellos están en un constante proceso de análisis contextual, concientización (Freire, 2016) y formación, comprometiéndose también con actitudes generosas y propositivas, en el sentido de garantizar la escucha y la consideración de saberes populares y de los patrimonios culturales, sensibles y dolorosos que ellos conservan. Se transforman y fomentan transformaciones a través de interacciones socioculturales.

Como preconiza Paulo Freire (2007), la educación popular es sustancialmente democrática. Integra la enseñanza de los contenidos con el desvelamiento de la realidad y viceversa. Esto se debe a que incentiva la presencia organizada de las clases sociales populares en la lucha por derechos, para favorecer y estimular la transformación democrática de la sociedad en términos de superación de las injusticias sociales. Por lo tanto, critica la naturaleza autoritaria y explotadora del capitalismo proponiendo otros caminos.

Desde esa perspectiva de diálogo reflexivo y que valoriza la diversidad, la cultura se perpetúa como dimensión histórica y social que impulsa orgánicamente la construcción de puentes entre la autoría pedagógica y la educación popular, ya que mueve cuerpos, sensibiliza a los sujetos y los condiciona a desarrollar prácticas teóricas contrahegemónicas en diferentes espacios, impregnándolos entre sí e impregnándose de todos ellos.

Marilena Chauí (1997) no nos deja olvidar que la palabra cultura tiene su significado arraigado en el campo semántico del acto de cultivar: crear, cuidar, atender. Inspirado por sus teorizaciones, José Maria Tardin (2011, p. 178) refuerza que “la cultura es toda creación humana resultante de las relaciones entre los seres humanos y de estos con la naturaleza que lleva al establecimiento de modos de vida” por tratarse “de la creación y la recreación que emergen de esas relaciones en las que los humanos, al transformar el mundo, simultáneamente se transforman a sí mismos” (ibid.).

La cultura se convierte en un puente y también dibuja otros puentes entre la autoría pedagógica y la educación popular. Atravesados por los sentidos de las materialidades e inmaterialidades de diferentes culturas, los actores de esta educación siembran sus autorías pedagógicas en los procesos educativos en los que participan. Comparten entre sí, formas propias de pensar, sentir y actuar en y con el mundo (Ribeiro; Dias, 2021), generando modos autorales de intervención en la realidad, sin despreciar ni los conocimientos históricamente validados por la academia, ni los saberes y modos populares.

Antônio Bispo dos Santos – Negos Bispo (2023) menciona que en la defensa de la justicia social, es necesario que tengamos posturas contracoloniales. La asunción de la autoría pedagógica es un acto por sí mismo contracolonial. Al tomar conciencia de por qué actúa de la forma en que actúa, el educador popular-aprendiente reafirma su compromiso de vincular su actuación a la realidad, leyéndola a partir de su propia lectura del mundo (Freire, 1989).

Esto confluye con la naturaleza humana del trabajo con la educación popular y es algo que la replicabilidad automatizada de modelos estandarizados para atender las demandas populares nunca ha podido manejar. La equidad, en este sentido, aún no se ha materializado en los espacios formales de educación.

En la tesitura de sus autorías pedagógicas, los sujetos de la educación popular se disponen a valerse de diferentes lenguajes para leer e interpretar la realidad, mientras se integran a ella. Así, acceden a memorias, reconocen la validez de sus trayectorias para el bien común y defienden el sueño como derecho universal.

Por lo tanto, es necesario que las formas de actuación con la educación popular sean firmadas por las manos que las mueven y les dan significado, desde adentro hacia afuera. La teoría también es de índole popular. La educación popular es un campo fértil de la sociedad, está preparada para la siembra de otras pedagogías, por otros sujetos (Arroyo, 2012). Es urgente que haya concientización (Freire, 2016) acerca de esto.


Edinéia Alves Cruz es doctoranda en Lingüística (PPGL/UnB), máster en Administración (Fead MG), especialista en Supervisión Escolar (FIJ) y Educación de Campo (UnB), graduada en Pedagogía (FACTU), Letras – Portugués/Inglés (FCJP) y Artes Visuales (Claretiano). Investigadora de los grupos de la Universidad de Brasilia, vinculados al CNPq: (Socio)Lingüística, Alfabetización Múltiple y Educación – Soleduc, Grupo de Investigación en Educación Crítica y Autoría Creativa – Gecria; y Laboratorio Interdisciplinario de Educación, Cultura y Arte – Labeca. Profesora de la SEEDF, actuando como supervisora pedagógica en la Escola Parque da Natureza de Brazlândia.

 

Notas

  1. La canción “É tudo pra ontem” (Es todo para ayer) está escrita por Leandro Roque De Oliveira (Emicida), Felipe Adorno Vassao y Thiago Dos Reis Pereira. Está incluido en el álbum “AmarElo: é tudo para ontem”, lanzado por Laboratório Fantasma Produções Ltda. en 2019.

 

Referencias

  • ARROYO, Miguel G. (2012). Outros Sujeitos, Outras Pedagogias Petrópolis, RJ: Vozes.
  • CHAUÍ, Marilena (1997). Convite à filosofia. 9. ed. São Paulo: Ática.
  • FREIRE, Paulo (2007). Política e educação. 8. ed. São Paulo: Villa de las Letras.
  • FREIRE, Paulo (2016). Conscientização. Traducción de Tiago Leme. São Paulo: Cortez.
  • FREIRE, Paulo (1989). A importância do ato de ler: em três artigos que se completam. Colección Polêmicas do nosso tempo, vol. 4. São Paulo: Cortez.
  • PALUDO, Conceição (2011). Educação Popular. In: CALDART, Roseli Salete et al. (Org.) Dicionário da Educação do Campo. Rio de Janeiro: IESJV, Fiocruz, Expressão Popular.
  • RIBEIRO, Djonatan Kaic; DIAS, Juliana de Freitas (2021). Comunidades de mudanças: abraçando mudanças de sentir, pensar e agir em pesquisa social crítica. In: DIAS, Juliana de Freitas (Org.). No espelho da linguagem: diálogos criativos e afetivos para o futuro.
  • SANTOS, Antônio Bispo dos (2023). A terra dá, a terra quer. São Paulo: Ubu Editora/Piseagrama.
  • TARDIN, José Maria (2011). Educação Popular. In: CALDART, Roseli Salete et al. (Org.) Dicionário da Educação do Campo. Rio de Janeiro: IESJV, Fiocruz, Expressão Popular.
  • UNESCO (2025). Informe mundial sobre el personal docente: afrontar la escasez de docentes y transformar la profesión. Madrid: Fundación SM. Disponible en este enlace.