Guía de inteligencia artificial para docentes en Chile

17 marzo 2025
La aceleración del desarrollo de nuevas herramientas basadas en Inteligencia Artificial y su creciente adopción por la escuela tensionan las formas de enseñar y de aprender (img.: iStock).

El Centro de Innovación del Ministerio de Educación de Chile acaba de lanzar una guía para docentes, orientada al uso de la inteligencia artificial generativa en contextos educativos. Su propósito es invitar a la reflexión para replantearnos cómo enseñar y aprender en tiempos de IA.

En 2023, tras la irrupción de ChatGPT, el Ministerio de Educación de Chile publicó una de las primeras guías para docentes sobre cómo usar esta herramienta para mejorar el aprendizaje activo. La guía trataba de argumentar que la IA, como otras tecnologías que en su momento han sido disruptivas, debía afrontarse desde la acción pedagógica, y no desde el temor o la prohibición. Ahora publica un nuevo documento (marzo de 2025) para profundizar en la acción pedagógica y apoyar a las comunidades educativas a afrontar las tensiones, oportunidades y riesgos que se presentan en el actual escenario.

El documento insiste en que debemos ir más allá del debate sobre si usamos o no esta tecnología, y considerar qué y cómo debemos modificar la práctica pedagógica para abordar tanto las oportunidades como los riesgos que implica su uso en la escuela. Por ello, invita a los y las docentes a construir nuevas preguntas, abiertas y desafiantes y a explorar posibles respuestas, con el fin de impulsar nuevas prácticas que respondan a los desafíos de la educación en la era digital.

Portada del documento publicado por el Ministerio de Educación de Chile, en marzo de 2025.

¿Qué es la inteligencia artificial generativa?

Mientras que muchas aplicaciones de inteligencia artificial (IA) se centran en clasificar o predecir datos, los modelos generativos – como GPT, DALL·E o similares – aprenden patrones complejos en grandes conjuntos de datos y utilizan este conocimiento para crear textos, imágenes, música o vídeos que no han sido previamente programados de manera explícita. Por tanto, la inteligencia artificial generativa (IAgen) se diferencia de otros sistemas de IA en su capacidad para producir contenido nuevo y original.

Al integrarse en el ámbito educativo, la IAgen ofrece la posibilidad de diseñar materiales didácticos más ajustados a necesidades educativas concretas, y automatizar algunos procesos. Entre las principales aportaciones podemos destacar las siguientes:

  • Personalización del ajuste educativo: La IAgen permite crear recursos didácticos adaptados a los intereses y dificultades particulares de cada estudiante. Por ejemplo, permite generar ejercicios, resúmenes y explicaciones personalizados para reforzar o consolidar los conceptos, a través de algoritmos que analizan el desempeño del estudiante.
  • Apoyo al trabajo del docente: La IAgen puede asumir parte de las tareas administrativas y de preparación de materiales, automatizando la creación de resúmenes o proponiendo actividades que complementen la clase. Esto permite al profesorado centrarse en el acompañamiento, la instrucción directa, la orientación personalizada y la gestión del clima de aula.
  • Fomento de la creatividad y del pensamiento crítico: El uso de la IAgen en el aula puede impulsar la creatividad tanto del alumnado como del profesorado, a través de actividades que requieran la creación de contenidos, como narrativas, proyectos artísticos o investigaciones colaborativas, en las que la tecnología se utilice como apoyo y no como sustituto de la creatividad humana. Por otro lado, el alumnado puede aprender a cuestionar y analizar críticamente la información generada, identificando sesgos y desarrollando habilidades esenciales para el pensamiento crítico.
  • Accesibilidad y adaptabilidad: La IAgen facilita la elaboración de materiales educativos en diferentes formatos y niveles de complejidad, lo que contribuye a una mayor accesibilidad del conocimiento. Las plataformas basadas en esta tecnología pueden generar propuestas didácticas que se adapten a distintas realidades y contextos culturales, o en situaciones que requieran atender a necesidades educativas especiales.

La capacidad de la IAgen para personalizar el aprendizaje, apoyar el trabajo docente y fomentar la creatividad y el pensamiento crítico la convierten en una herramienta de gran potencial educativo. Sin embargo, su implantación en la escuela requiere un enfoque ético y responsable, por lo que es imprescindible reconocer y abordar los riesgos que conlleva, como la posibilidad de que los modelos reproduzcan sesgos existentes en los datos de entrenamiento; la desinformación y refuerzo de estereotipos generada por estos algoritmos sesgados;  la dependencia excesiva de la tecnología, en detrimento de la capacidad de análisis y reflexión autónoma del alumnado; el riesgo de pérdida de privacidad de estudiantes y docentes, y la falta de claridad y transparencia en el proceso de generación de información, que dificulta la evaluación crítica de la veracidad y pertinencia de los resultados.

Si se controlan adecuadamente estos riesgos, la incorporación de la IAgen en la educación puede ser una oportunidad para la mejora de la inclusión y del proceso de enseñanza-aprendizaje. Por ello, la clave para aprovechar al máximo la IAgen reside en seguir unos criterios sólidos que orienten su uso, como la transparencia, la ética, la formación continua y la supervisión pedagógica.

Con criterios adecuados y un enfoque responsable, esta tecnología puede llegar a convertirse en una aliada para el profesorado y un motor que impulse el desarrollo integral del alumnado, en entornos de aprendizaje equitativos, seguros y saludables. La clave está en garantizar que su integración en el aula contribuya a formar una ciudadanía ética y comprometida con la justicia y el progreso social.

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