Redes sociales e inteligencia artificial, desafíos y oportunidades pedagógicas

30 julio 2016
Los algoritmos de las redes sociales tratan de rodearnos de lo que consideran que va a demandar mayor atención en nosotros (img.: iStock).

Para proteger al alumnado frente a la tecnología hace falta comprenderla. Frente a la presión creciente de las redes sociales, que bombardean a niños y adolescentes con cientos de notificaciones diarias para secuestrar su atención, la autora propone formar y acompañar desde la escuela, pero con el apoyo imprescindible de las familias. El artículo recoge un resumen de su presentación en el SIEI 2025, organizado por la Fundación SM. 

Hace unos doce años, entré a la sala de clases y vi muchos ojos mirándome, pero no estaban en la sala de clases; estaban en otros espacios, en las redes sociales, en los ecosistemas digitales, en los juegos online. En ese momento, tomé la decisión de ingresar al mundo digital como profesora. Me di cuenta de que el mundo digital y las redes sociales, ya en aquel momento, estaban presentes y generaban cambios.  

Lo que más me preocupó en un comienzo era que cuando los niños se hiperconectan digitalmente desde muy pequeños no decodifican las emociones, no logran comprender lo que siente el otro porque viven en ese espacio digital. Allí tomé la bandera de la prevención: ¿qué hacer frente al cyberbullying, el grooming, el sexting, la suplantación de identidad. Les doy un ejemplo. ¿Sabían que, de cada cuatro casos de ciberbullying, tres son desde un entorno inmediato? No busquen a quien está agrediendo digitalmente en otro lugar; busquen entre los amigos, los compañeros, las salas de clases cercanas. Esas son máximas difíciles de entender, pero forman parte de lo que es este mundo de los vicios digitales.  

También me di cuenta de que el 45% de los niños, de los adolescentes, emprende digitalmente, está creando en ese espacio. Les comparto una experiencia que me emociona. Fue en el norte de Chile. Estaba conversando con adolescentes sobre cuidado digital, con la intención de adelantarme a lo que puede pasar en ese espacio digital. Cuando terminé la charla, les dije a los jóvenes presentes que me encantaría que se quedaran conmigo aquellos que estaban emprendiendo. Se quedó el 90% de los jóvenes que estaban ahí. Estuve tres horas y media escuchando sus emprendimientos: “Maestra, estoy haciendo riego por goteo porque mi familia tiene campo y quiero ayudarlos”, “Estoy importando bikinis desde China”… Existe en ese mundo digital un porcentaje elevado de alumnos y jóvenes que crea.  

Tecnologías que secuestran la atención 

Una impresión que transmite la inteligencia artificial (IA) es que es omnipresente. Voy al supermercado y sabe lo que compro; voy a la farmacia y no tengo que decir qué medicamento voy a comprar porque ya lo sabe; me lee en tiempo real. Está en todos lados y nos conoce mejor que nosotros mismos.   

Lo mismo pasa con las redes sociales. Cuando uno entra a TikTok, por ejemplo, lo primero que hace el sistema es enviar microvídeos con los que analiza básicamente cuánto tiempo te demoras en cada uno. Si Ale, por ejemplo, entra a TikTok, el sistema le manda microvídeos para empezarlo a testear. Advierte que en un video de cine Ale se demora 15 segundos más que en un video de cocina, y a partir de ese momento, cuando Ale entra a cualquier plataforma digital, ¿qué va a encontrar? Cine. El algoritmo lo lee en tiempo real y lo va a rodear de todo lo que a Ale le interesa. Pero, ojo, ¿qué pasa si yo tengo 15 años y estoy pasando por una depresión y le cuento a las redes sociales lo que estoy viviendo? ¿De qué manera me va a rodear y me va a alimentar o va a potenciar lo que tengo?  

Después de investigar este impacto de las redes sociales nació mi primer libro, que pueden bajar gratuitamente, se llama Huérfano digital. La palabra huérfano es muy dura y muchos me lo han recordado, pero en el mundo digital estamos solos, no está este mundo que debería acompañarnos como lo hacemos en el mundo analógico, en contraposición del término nativo digital. ¿Se acuerdan de este término? Se suponía que tú nacías con habilidades y competencias por nacer en la era digital. Significaba que, si yo hubiese nacido en el siglo xv, podría haber pintado como Leonardo y esculpido como Miguel Ángel porque nací en el siglo de los grandes renacentistas. Eso es falso; son usuarios, nada más que eso.  

Hay dos generaciones, la generación de la escasez y la de la abundancia. Los que tenemos más de 50 años somos la generación de la escasez: “en la quinta reencarnación voy a ganar el sueldo que soñaba”. No sé si ustedes se acuerdan, pero yo me demoré un año y medio en comprar mi primer smartphone. La generación de la abundancia son los menores de 30. Si quieren una canción, la buscan en Spotify; si quieren un video, hay millones; si quieren una biblioteca, pueden crearse hasta asistentes virtuales. Hay pobreza en el mundo actual, hay desigualdad, sí, pero tienen un acceso al contenido digital que nosotros no tenemos. Ahora bien, ¿suelen valorar de forma más profunda las cosas? No, estas se cambian con suma facilidad, porque es propio de esta generación tan práctica. Es una generación “enredada”.  

¿Cuál es el lema de Zuckerberg? “Vas a poder rodearte de aquellas personas que forman tu entorno”. Pero, en la actualidad, ¿uno ve en las redes a su entorno cercano? No. Lo que hace el algoritmo es rodearte de lo que él cree que va a generar en ti mayor atención.  

Comprender para proteger 

Yo no puedo proteger si no comprendo lo que pasa con las redes sociales y, en la actualidad, lo que tienen se llama contenido desconectado: gente que tú no sigues está en tus redes; contenido que a ti no te interesa está en tus redes, porque, ¿quién decide lo que ves? No eres tú, son los algoritmos.  

Esta es una pregunta que siempre les hago a mis alumnos: si las redes sociales son gratuitas, ¿qué busca una red social? Te busca a ti, tú eres el producto. Nada es gratis en esta vida, lo que quiere son tus gustos para crear productos. Está en todo momento observándote. Busca capturar tus datos y tu información. ¿Cuál es la gran lucha hoy? Mantener la atención. Cuando empecé a dar clases, el tiempo de atención era de unos veinte minutos; ahora son tres. ¿Por qué? Porque estamos luchando contra este mundo que es la captura de la atención.  

¿Conocemos a nuestros alumnos? ¿Conocemos dónde están, qué piensan? No. Cuando yo hacía talleres con mi equipo, trabajábamos por separado con papás, profesores y alumnos. Hay mucho autoengaño: “nosotros desconectamos el celular a las 7 de la tarde”, “cuando comemos nunca tenemos celular encima de la mesa”, “yo no me levanto en la mañana y lo primero que veo es el smartphone”. Cuando hablo con los chicos y me dicen “profesora, esta es mi red social”, les contesto: “muéstrame la verdadera, no la que quieres que vea tu papá o el colegio, sino la que usas con un nickname que te posiciona en el mundo digital”.  

No sé si vieron la serie Adolescencia. ¿Qué sensación les quedó? Alguna angustia, ¿cierto? ¿Cómo pudo llegar a eso el protagonista? Cuando entrevistaron al director dijo “yo no quiero buscar culpables, lo que yo quiero es que nos concienticemos sobre que existe un mundo de redes que tiene sesgos, que tiene estrategias para capturar tu atención, para moldear comportamientos. Necesitamos estar en ese mundo de las redes”.  

¿Cuál es la fuente mágica de esta última generación, de los últimos años? TikTok, ¿qué les parece informarse por TikTok, la red social más famosa? Miren la cantidad de notificaciones que un adolescente promedio recibe en un día: 

Las notificaciones de las redes sociales inundan a los adolescentes. El 60% de los adolescentes recibe más de 200 notificaciones de TikTok día (Fuente: Radesky et al., 2013).

¿Cómo andaríamos nosotros con esa cantidad de notificaciones? El celular no es el enemigo, sino ignorar que hay momentos en que tenemos que desconectarnos, que los niños de los primeros años tienen que desarrollar las habilidades socioemocionales, que tienen que aburrirse, porque el que se aburre crea. Nosotros somos maestros y tenemos que enseñarles templanza, a concentrarse en ese mundo maravilloso que es el mundo analógico. El mundo digital va a ingresar, pero a su debido tiempo, con objetivos claros.  

¿Quién conoce a los influencers de TikTok?  ¿Y por qué es tan importante saber cuál es el influencer que ve un niño o un adolescente? Para saber qué mensaje le entrega, es vital conocer eso. TikTok tiene una máxima; no importa quién eres ni tu mensaje; si es viralizable no hay ni un problema. Eso tiene un riesgo, porque tiene menos supervisión que el resto de las redes.  

¿Qué hacemos frente a las redes sociales, frente al ecosistema digital? Formar y acompañar, donde los padres son fundamentales. En Chile, la entrega del primer smartphone es a los 8 años; entréguenselo a los 14 y yo no voy a tener ningún problema, ni tener por qué sacarlo de la sala de clase. Seamos corresponsables, no esperemos que la sala de clase haga milagros. Nos necesitamos todos. Como dice el proverbio, “para educar a un niño hace falta una tribu entera”.  

Vivimos una crisis de atención. Es difícil competir con este mundo digital que tiene 50000 vidas, que se reinventa en tiempo real. ¿Cuánto es lo máximo que han pasado conectados a una red social mirando algo que les gusta? El autor y tecnólogo argentino Santiago Bilinkis dice que la inteligencia artificial va a generar un profundo sedentarismo cognitivo. Eso implica que podemos llegar a un mundo en el que, básicamente, la inteligencia artificial lo haga todo, que todo gire en torno a no pensar. Yo creo que, si tomamos la inteligencia artificial, conocemos sus sesgos, sus algoritmos, advertimos cómo nos puede llegar a manipular, podemos generar un crisol de creatividad. ¿Conocemos realmente a nuestro copiloto? Probablemente no, porque va cambiando constantemente.  

Les conté al comienzo que mi lema es la prevención e investigar los vicios digitales, como la suplantación de identidad; ¿qué edades se están suplantando? Entre 12 y 16 años. Lo más complejo de la suplantación de identidad es hacer comprender a esa comunidad que no existen culpables. Me ha tocado trabajar en Perú, en Ecuador, con equipos de convivencia, psicólogos, orientadores, profesores que sufren estos problemas profundamente. Es muy complejo porque este mundo digital es tremendamente cambiante y va dejando espacios, vacíos legales.  

Repensar la enseñanza con IA 

Todo esto nos obliga a repensar las metodologías de enseñanza, los escenarios de aprendizaje, cómo estamos evaluando y cómo nos preparamos para un mundo cambiante. Esta infografía muestra cómo generar situaciones de aprendizaje con ayuda de la IA: 

Creación de situaciones de aprendizaje con la IA (esquema de la autora).

¿Han trabajado con el ChatGTP o con alguna otra inteligencia artificial generativa? ¿Cuál es la gracia? Las preguntas, el prompt. Un alumno en una ocasión me dijo que ChatGPT era una estafa. Cuando vi su pregunta le dije que era la peor pregunta que había visto en mi vida. Si su pregunta hubiese sido inteligente, bien desarrollada, el chat se hubiera lucido, pero su pregunta fue simple. El gran desafío de hoy es saber preguntar. 

¿Qué habilidades desarrollamos con la IA? Para mí, la más importante es el pensamiento crítico. No todo lo que veo es verdadero ni real. También está la capacidad de investigar y de crear, las habilidades blandas, la empatía…

Les propongo este esquema de cinco pasos para implementar tecnologías como la IA, que puede servir para sus comunidades educativas: 

Les comparto dos ejemplos de aplicación:

  • El primero es de ProFuturo Mato Groso, en el que el foco fue el acompañamiento al profesor. Hubo rutas formativas adaptadas a los docentes, competencias digitales desde el currículum y tiempo del profesor priorizado, que implicaba tener calidad de vida y no estar trabajando 24/7.
  • El segundo es de Dunalastair. Lidero en este caso seis comunidades de autocuidado digital. El foco está en el autocuidado del mundo adulto, de los padres y los profesores. Lo que hago es explicarles cómo funciona el mundo digital, y tenemos que tomar acuerdos. Existe una formación permanente de los profesores, un plan que va dentro de la malla curricular. Existen hitos comunitarios, monitoreo permanente y análisis. Estos son los tres pilares: autocuidado digital, alfabetización y ciudadanía digital de padres, profesores y alumnos. Si yo educo al padre y acompaño al profesor, las posibilidades de que mi alumno o alumna tenga una mala experiencia en el mundo digital son muy pequeñas. Uno de los hitos es el Día contra el ciberacoso, el 14 de marzo. El otro hito es el Día de la salud mental y el bienestar digital. Cada una de esas actividades fueron creadas por los alumnos. 

Escucho que los profesores serán sustituidos por la inteligencia artificial y les puedo decir que quien lo dice nunca ha estado en la sala de clases. Si existe una profesión fundamental, es la nuestra, porque somos el alma de la sala de clases; aquellos que acompañan, forman y educan.  


Marcela Momberg es educadora digital, conferencista y consultora en educación. 

 

Referencias 

  • Marcela Momberg (2015). Huérfano digital: Tus hijos están solos… hasta ahora. Disponible en este enlace. 
  • Radesky, J., Weeks, H.M., Schaller, A., Robb, M., Mann, S., and Lenhart, A. (2023). Constant Companion: A Week in the Life of a Young Person’s Smartphone Use. San Francisco, CA: Common Sense. Disponible en este enlace.