La importancia de diseñar experiencias educativas más allá del espacio físico del aula para favorecer la inclusión 

Que el contexto educativo no opera de manera aislada es más que una realidad tangible; está profundamente influenciado por el contexto social en el que se desarrolla. Y viceversa, dado que el contexto social influye en el académico. Los centros educativos, como microcosmos de la sociedad, reproducen y, en ocasiones, desafían las estructuras sociales vigentes, influyendo en las oportunidades de movilidad social y el desarrollo de valores cívicos. Entendemos, por tanto, que la relación entre el contexto educativo y el social es bidireccional: mientras las condiciones sociales afectan a los recursos, las políticas y las prácticas educativas, los procesos educativos también tienen el potencial de moldear las estructuras sociales.  

Este vínculo cobra especial relevancia en un mundo globalizado, donde los fenómenos sociales, como la desigualdad económica, la diversidad cultural y la tecnología, requieren una educación que no solo responda a estos desafíos, sino que los anticipe y prepare a las nuevas generaciones para abordarlos de manera crítica y constructiva. Si se pretende que la sociedad sea más igualitaria, más justa e inclusiva, el lugar idóneo para promover ese cambio es el centro educativo. 

Con esa perspectiva, la Fundación SM y los estudiantes del máster del profesorado de la universidad Alfonso X el Sabio (UAX) suscriben un vínculo para idear y promover iniciativas que, desde el aula, ayuden a esa mejora social. Fruto de esta vinculación, y de la mano del proyecto “Reimaginar juntos la educación”, se ha desarrollado durante el curso 2023/2024 una iniciativa en el seno de la asignatura Educación y Entorno Familiar y Social del máster en el que los alumnos debían plantear y diseñar un proyecto que suponga una propuesta de impacto y cambio educativo de un entorno real o simulado, teniendo en cuenta aspectos como el concepto de third teacher (espacio ampliado de aprendizaje), las comunidades de aprendizaje como eje necesario de transformación por parte de todos los grupos de interés (stakeholders) del ámbito educativo (familias, educadores, agentes sociales, etc.) a través de un aprendizaje dialógico, que tenga también en cuenta los escenarios del aprendizaje a lo largo de la vida (lifelong learning) y no solo el escenario escolar, partiendo del principio del derecho de la educación de la sociedad. Si la educación es un motor para el cambio, el trabajo conjunto de toda la comunidad educativa debe convertirse en la máxima prioridad para conseguirlo.  

Algunos resultados 

El nivel de los trabajos entregados por los alumnos cumplió con las expectativas que se tenían de inicio. Como ejemplo de esos buenos proyectos, se seleccionaron dos a destacar por su planificación y perspectiva de aplicación real, como son los de las alumnas Cristina Davinia Batista Santana (titulado “Aprender viviendo) y Beatriz Gutiérrez Ayudo (titulado “Educación intercultural inclusiva para alumnos de secundaria marroquíes y rumanos y sus familias”). Estos dos proyectos, de los que proceden las figuras 1 y 2, destacan por profundizar en la necesidad de incorporar experiencias educativas enriquecedoras (más allá del espacio físico del aula) y por ofrecer una propuesta para mejorar una realidad social en un contexto real, en el que se necesita de la inclusión y participación de las familias en el desarrollo de un óptimo clima de convivencia.