Educación y Covid-19: cómo elaborar un plan de contingencia en 10 pasos

18 marzo 2020

Una alianza Porvir | EDUforics

Por Ana Paula Gaspar

El anuncio de la suspensión de las clases por la pandemia del coronavirus (COVID-19) tiene preocupada a toda la sociedad por el futuro de nuestros estudiantes y, por supuesto, en cuanto a los problemas que podrá ocasionar al proceso de aprendizaje. Más rápido de lo que imaginábamos, los gestores públicos, organizaciones de la sociedad civil y la comunidad de profesionales de la educación trajeron la primera respuesta al cierre de las escuelas: el uso de las tecnologías digitales. La rapidez en proponer que la tecnología nos ayude en escenarios de cierre de escuelas también tiene que ver con la experiencia de otros países donde la pandemia llegó primero, primero como epidemia, como sucedió en China, Italia y Corea del Sur.

No actué de manera distinta y lo primero que empecé a hacer fue coleccionar enlaces de referencia con recomendaciones, relatos de experiencia y análisis de los impactos de la educación online en inglés, portugués y español. Las redes profesionales de las que formo parte también fueron importantes para respaldar la construcción de algo inédito para la gran mayoría de todos nosotros: planes de educación online y a distancia para la educación básica.

Comparto a continuación 10 pasos que estamos construyendo juntos para enfrentar esta delicada situación

10 pasos para enfrentar el cierre de las escuelas por el COVID-19 mediante la educación online:

1. Atención a las políticas públicas y los comunicados oficiales

Por más que las campañas de autoaislamiento se estén difundiendo y recomendando ampliamente como una acción de responsabilidad individual, la decisión de cerrar las escuelas pasa indefectiblemente por el poder público. Las redes de escuelas de los estados de Brasil, así como las municipales, publican regularmente sus medidas y tenemos que estar atentos a estas pautas diariamente. Un punto importante que hay que observar es si las directrices de cierre están acompañadas de claridad en cuanto a la formalidad del cumplimiento de los días lectivos. Esta definición es de suma importancia para el diseño de nuestros planes, ya que el cumplimiento obligatorio de los días lectivos mediante el uso de tecnologías es muy distinta a mantener a los estudiantes activos y con recomendaciones de actividades que se pueden realizar online, por ejemplo, durante las vacaciones.

2. Un plan de contingencia es un plan de verdad

Obviamente, el hecho de que vivamos en un escenario de tanta volatilidad y cambio rápido de decisiones no nos exime de tener un plan. Empezar a hacer cosas sin, como mínimo, pensar ni reflexionar, ni tampoco pactar con el mayor número posible de representantes de la comunidad escolar es llevarse por delante a la gente, los procesos y causar más molestias de las que podemos imaginar. No tendremos un mes para hacer un plan, quizás un día, como máximo una semana, pero a pesar de eso lo necesitamos. Empezar ya. Cuando se trata del plan tecnológico en la educación, el modelo con el que más me identifico es el del CIEB (Centro de Innovación para la Educación Brasileña). El concepto de las cuatro dimensiones nos ayuda a organizar la ejecución de los planes de tecnología en cuatro frentes concurrentes e integradas: visión, habilidades, recursos educativos digitales e infraestructura (más información sobre estos recursos en la Guía de Tecnología en la Educación de Porvir). Al comprender estos cuatro elementos tendrás un panorama general de lo que se puede hacer.

3. No se trata solo de hacer clases remotas desde casa

La experiencia escolar es algo insustituible. Es quizás una de las experiencias humanas más sociales que hay. Cerrar colegios y diseñar un plan de actividades para niños y profesores a distancia es, por lo tanto, algo completamente distinto a la planificación de actividades escolares presenciales. Por lo tanto, hay que ser modesto, por más que cada dimensión esté muy bien atendida. Empieza poco a poco y primero intenta hacer testes si es que la escuela todavía está abierta. Si tu turno escolar es de cuatro horas, por ejemplo, no trates de quedarte conectado por el mismo tiempo ininterrumpidamente como en la escuela. Programa una actividad por día con mucha intención, establece reglas claras y aumenta gradualmente la carga de trabajo a medida que veas que la madurez de la clase también va creciendo.

4. No podemos dejar a nadie atrás

Una de las principales preocupaciones en cuanto a las clases online tiene que ver con equidad y la calidad. Una vez más el episodio del coronavirus expone abiertamente nuestra colosal desigualdad social. Ya sabemos que muchas escuelas estarán mucho mejor preparadas para respaldar las experiencias digitales que otras, pero eso no significa que no podamos pensar en estrategias para tratar de reducir las diferencias. Asegúrate de que todos los docentes tengan dispositivos para usar en casa, de no ser así, ¿la escuela podrá prestar los equipos? Y en el caso de los estudiantes, ¿podrán llevarse a casa los equipos de la escuela como préstamo?

5. Establecer alianzas con las familias

Se necesita un pueblo entero para criar a un niño. ¿Quién no ha escuchado esa expresión? La educaciónno es solo un deber de la escuela.. Las familias y otras instituciones deben comprometerse con este proceso. Los responsables de los niños serán personas clave en este proceso, por lo que será necesario involucrarlos desde el principio. Empieza actualizando los contactos de los padres y responsables. En este escenario será fundamental mantener una comunicación clara, transparente y ágil con los responsables. De ser posible, haz una encuesta con las familias y mapea direcciones, números de teléfono, correos electrónicos, contactos de mensajes
instantáneos. A continuación, comunica tu plan antes de empezar. Procura involucrar a las familias en las rutinas establecidas en el plan y pactar con ellas qué tareas pueden contar con su participación para su cumplimiento.

6. Cuidar las especificidades de cada sector y necesidad

La tecnología no funciona igual para todas las edades. No tiene sentido tener clases online para la educación infantil, así como los estudiantes de secundaria no tienen que tener un seguimiento de sus familias para realizar actividades online. Utiliza tecnología acorde a cada edad para fortalecer el trabajo pedagógico de acuerdo con las necesidades de desarrollo de cada grupo. Tampoco podemos olvidar la inclusión de alumnos con algún tipo de discapacidad física o intelectual.

7. La seguridad de todos

Desde que empezamos a hablar sobre el uso de las tecnologías en la educación, el tema de la seguridad digital se ha planteado como una de las partes más olvidadas del contexto de integración. En un escenario de uso de tecnologías digitales para el aprendizaje en casa tenemos que intensificar nuestra atención. Se deben observar cuestiones como el tiempo de exposición a la pantalla, la navegación asistida, los requisitos de privacidad y la protección de datos.

8. La salud mental de docentes y gestores

Uno de los importantes temas actuales en la educación se refiere a la salud emocional de los educadores y los profesionales de la educación. Así como debemos cuidar la salud emocional de los niños, hay que cuidar muy bien a los profesores y gestores durante este período. Hay relatos de agotamiento extremo entre los profesionales de otros países que han pasado por este período de rápida adaptación. Una recomendación importante es no exigirles a los docentes que estén conectados por mucho tiempo o con gran parte de actividad sincrónica, ni para actividades profesionales ni tampoco para navegación especulativa. Hay que establecer horarios de atención y respetarlos. Los docentes no pueden estar disponibles para los estudiantes todo el tiempo.

En tiempos de crisis solemos estar ávidos de nuevas noticias y actualizaciones. Recibimos una avalancha de noticias e información y debemos tener mucho cuidado para comprobar que no estamos siendo parte de una ola de desinformación. Una pauta importante es navegar con un guion y otra que se priorice la familia, la ciencia y el arte. Establece un guion y no te pierdas en el océano de internet. Si quieres noticias de tus seres queridos, lo ideal es que vayas directamente a los mensajes personales. Para mantenerte informado, busca directamente los canales oficiales, como las páginas web y aplicaciones de periódicos respetados y la aplicación creada por el Ministerio de Salud. Aliméntate de arte y poesía, lee libros que estaban en tu lista, visita museos virtuales, escucha tu música favorita e invierte tiempo en actividades que requieren profundizar, como por ejemplo la meditación o escribir un diario. A medida que se generalice el plan de cierre, será posible que, además de las rutinas escolares, también seas responsable de los familiares, por lo que es importante cuidarse.

Finalmente, crea una rutina de cuidado compartido. Realiza conferencias periódicas y aborda el tema de la salud emocional en la agenda para hablar sobre cómo va el proceso para todos los involucrados.

9. Tenemos que hablar de la muerte.

Parte de la serie de contenidos que se han publicado sobre el tema tiene que ver con el propio abordaje
educativo sobre la pandemia y sus causas, incluidas las muertes. Puede que perdamos familiares, sobre todo, las personas mayores que están siendo las más afectadas en este momento. ¿Cómo tratar esta faceta de la crisis con los estudiantes? ¿Qué pasa si durante este proceso muere un familiar de los estudiantes? ¿Cómo incluir este tema en las actividades online?

10. Por una pedagogía de la contingencia

No tendremos control de nuestro plan, comenzaremos, trabajaremos, probaremos, refinaremos y comenzaremos de nuevo. Sin duda tendremos pérdidas. Es bueno comenzar con esta noción que, a mi modo de ver, no es pesimista. Una estrategia importante de esta acción pedagógica es quizás la del registro y la documentación. Uno de los recursos más importantes de la tecnología para la educación, quizás sea el poder de crear registros que nos serán importantes para transformar esta etapa difícil en narrativas de vida, en relatos de enfrentamientos y en sistematizaciones de algo que nunca antes habíamos hecho y que resultará en lecciones importantes para el futuro de la educación. Los registros también son estrategias importantes para los estudiantes, así que hay que alentarlos a que sea una tarea regular y sistemática. Será importante retomar el hilo cuando las clases recomiencen. Empezar sabiendo que las cosas pueden salir mal elimina la obligación de hacerlo todo bien y abre un campo humano seguro para hacer lo mejor que podamos desde donde estamos, con lo que somos, con lo que tenemos y lo que podemos. Sigamos adelante.

Publicado originalmente en Porvir.