Diez pautas para educar desde el rigor científico

26 septiembre 2023
Las ferias de la ciencia son excelentes oportunidades de divulgación, en las que el alumnado puede sentirse en la piel de los científicos (Imagen: Alumnado del colegio Santa María, de Orcasitas, en la Feria de la ciencia).

Con niños muy pequeños, de 2 o 3 años, hay muchos hábitos que se pueden incorporar y trabajar en el aula y en casa que fomentan la costumbre de escuchar, pararse a pensar y ser riguroso con las respuestas que uno recibe. En esas edades, en la época de los “¿por qué?”, es importante darles importancia, atenderlos y preocuparse porque no decaigan; que es justo lo contrario de lo que muchas veces ocurre tanto en el hogar como en la escuela. Trabajar ese “por qué” y esa curiosidad natural es importante para fomentar ciertas actitudes. Hay muchas maneras de fomentar un espíritu crítico, que al fin y al cabo no es otra cosa que hacer conscientes a los niños de que son sujetos e interlocutores reales en el mundo. Que tienen el derecho y la obligación de reaccionar ante el mundo con su propio camino de reflexión, sin adoptar sin más el camino que nos viene dado. Leer prensa, analizar publicidad, cuestionar ciertas verdades dadas y buscar la base científica o de razonamiento detrás de las ideas se puede llevar a muchas de las asignaturas. Sobre todo, creo que debe ser algo transversal. Una actitud hacia el mundo, para desarrollar un criterio de qué información es fiable y cuál podría no serlo, de qué postura es respetable y cuál se cae por no tener donde apoyarse.

(Ellen Duthie, especialista en filosofía para niños)

Enseñar a transferir aprendizajes de manera rigurosa

Habituar al alumnado a acercarse al conocimiento con rigor científico y a crear y compartir contenidos desde el contraste de datos fiables supone tener en cuenta criterios como los siguientes:

  1. Formar y acompañar al profesorado para que eduque de manera eficiente.
  2. Invitar a los docentes a conocer y compartir prácticas basadas en evidencias.
  3. Cultivar en el alumnado el rigor en el acceso al conocimiento.
  4. Aplicar la evaluación y el feedback formativos y ajustar la forma de enseñar.

Un sencillo decálogo para educar desde el rigor científico

  1. Despertar en el alumnado la curiosidad por investigar.
  2. Animar a los alumnos a investigar desde pequeños y a participar en ferias de la ciencia locales o regionales. 
  3. Acercar la ciencia al alumnado de manera tanto rigurosa como lúdica.
  4. Plantear actividades y proyectos que requieran aplicar el método científico.
  5. Acostumbrar al alumnado a practicar la indagación desde áreas no científicas.
  6. Transmitir los conocimientos como un proceso de investigación dinámico.
  7. Proponer investigaciones en clase en el marco de los ODS.
  8. Aportar al alumnado criterios para realizar investigaciones fiables en internet.
  9. Informarse sobre mitos relacionados con el aprendizaje y aplicar metodologías de enseñanza basadas en la investigación
  10. Acceder a publicaciones sobre evidencias en la educación y a recursos que permitan identificar dichas evidencias.